HODEIDA, Yemen – La remoción de más de un millón de barriles de petróleo del deteriorado superpetrolero FSO Safer, anclado frente a las costas de Yemen en el mar Rojo, comenzó este martes 25 en una operación liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
El secretario general de la ONU, António Guterres, se ufanó de que “a falta de alguien más dispuesto o capaz de realizar esta tarea, las Naciones Unidas dieron un paso al frente y asumieron el riesgo de llevar a cabo esta delicada operación”.
“El traspaso de petróleo de buque a buque que ha comenzado es el siguiente paso vital para evitar una catástrofe ambiental y humanitaria de magnitud colosal», agregó Guterres.
El FSO (del inglés Floating storage and offloading unit, barcazas de almacenamiento de petróleo) Safer, con una carga de 1,1 millones de barriles (175 millones de litros) lleva años en peligro de fragmentarse o explotar, y un derrame de gran magnitud daría lugar a una catástrofe ambiental y humanitaria.
El petróleo a bordo del Safer se está bombeando al buque de sustitución Yemen (anteriormente llamado “Nautica”) mediante un traspaso de buque a buque que, según se prevé, consumirá 19 días.
Tras su llegada al emplazamiento el 30 de mayo, la empresa de salvamento marítimo Smit, una filial del grupo holandés de dragado y carga pesada Boskalis, contratada por el Pnud, ha estabilizado el Safer, que tiene 47 años de antigüedad.
El administrador del Pnud, Achim Steiner, subrayó que “con cada litro de petróleo que se bombea ahora del FSO Safer disminuye la amenaza de un posible derrame que se ha cernido sobre el pueblo del Yemen y, de hecho, sobre los países y las economías que dependen del ecosistema común del mar Rojo”.
El Safer es un gran navío petrolero construido en 1976 por la firma japonesa Hitachi, amarrado cerca de la costa por la estatal Yemen Oil and Gas Corporation como buque de almacenaje desde 1987, y empleado hasta que en 2015 capturaron el litoral y el barco las fuerzas rebeldes hutíes.
Esas milicias, que siguen la rama chií del islam y son dueñas del norte del país, chocan con el gobierno establecido en el sur y el cual se apoya en comunidades de la rama suní. En la actualidad mantienen una frágil tregua en los combates.
La condición estructural del Safer está muy deteriorada, incluida la turbina que inyectaba gases inertes a los tanques de almacenaje, y por años ha existido riesgo de grandes filtraciones o de una explosión que se alimentaría del crudo almacenado.
Un derrame importante devastaría a las comunidades pesqueras en la costa yemení del mar Rojo, lo que probablemente acabaría al instante con los medios de subsistencia de unas 200 000 personas, y comunidades enteras estarían expuestas a toxinas potencialmente mortales. El aire altamente contaminado afectaría a millones.
También daría lugar al cierre de los puertos de Hodeida y Saleef, que son esenciales para llevar alimentos, combustible y suministros vitales a Yemen, donde 17 millones de personas necesitan asistencia alimentaria.
Las plantas desalinizadoras cerrarían, cortando una fuente de agua para millones de personas. El petróleo derramado podría llegar a la costa africana y afectar a cualquier país del mar Rojo, como Arabia Saudí, Egipto, Sudán o Yibuti.
El impacto ambiental sobre arrecifes de coral y manglares que sustentan formas de vida marinas sería grave, y las poblaciones de peces tardarían 25 años en recuperarse.
Solo el costo de la limpieza alcanzaría 20 000 millones de dólares, y las interrupciones en el transporte marítimo a través del estrecho de Bab al-Mandab (que enlaza el mar Rojo con el estrecho de Adén y el océano Índico) hasta el Canal de Suez acarrearía pérdidas milmillonarias al comercio mundial todos los días.
Steiner dijo que “los desafíos de este proyecto han sido enormes, pero también la respuesta de tantas personas que han hecho posible. Es un recordatorio de lo que las Naciones Unidas pueden lograr gracias a su poder de convocatoria y a su capacidad para coordinar una operación compleja”.
El costo de la operación se ha estimado en 148 millones de dólares, y los recursos han sido aportados por una veintena de países: Alemania, Arabia Saudí, Canadá, Chipre, Corea del Sur, Dinamarca, Dubai, Egipto, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Japón, Kuwait, Noruega, Países Bajos, Qatar, Suecia y Suiza.
El petróleo contenido en el Safer puede valer, a precios actuales, unos 80 millones de dólares.
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