Una de las principales ventajas que los biodigestores familiares han traído a los habitantes de El Corozal, en el departamento salvadoreño de Cuscatlán, es que todo el proceso comienza con inodoros limpios e higiénicos, como este montado en la casa de Marleni Menjívar, al contrario de las letrinas aboneras, que suelen generar plagas de moscas y cucarachas. A la izquierda del inodoro se aprecia la pequeña manija con la que se bomba agua para lavar las heces y dirigirlas al biodigestor. Imagen: Edgardo Ayala / IPS