NACIONES UNIDAS – Los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron un acuerdo legalmente vinculante para la protección de la biodiversidad marina, después de casi dos décadas de arduas negociaciones para crear una ola común de conservación y sostenibilidad en alta mar.
“El océano es el alma de nuestro planeta, y hoy habéis infundido nueva vida y nuevas esperanzas para darle una oportunidad de luchar”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, una vez que los delegados de los países adoptaron el acuerdo el lunes 19 sin necesidad de votación, por consenso.
El acuerdo, con normas para proteger la diversidad marina más allá de las fronteras nacionales, estará disponible para la firma por los países a partir del 20 de septiembre por un período de dos años, y entrará en vigor tras su ratificación por 60 Estados.
Los espacios fuera de las jurisdicciones nacionales (las 200 millas bajo control de los países costaneros) abarcan más de dos tercios de los océanos del planeta.
Con sus 75 artículos, el pacto cubre cuatro aspectos básicos, el primero de los cuales contempla crear un marco para la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de las actividades relacionadas con los recursos genéticos marinos.
Asimismo, de la secuenciación digital de esos recursos genéticos en aguas internacionales, garantizando que esas actividades beneficien a toda la humanidad.
Luego, permitirá establecer mecanismos de gestión (explotación) por zonas, como las áreas marinas protegidas, a fin de conservar y administrar de forma sostenible las especies y los hábitats de alta mar en las zonas internacionales de los fondos marinos.
“El océano es el alma de nuestro planeta, y hoy habéis infundido nueva vida y nuevas esperanzas para darle una oportunidad de luchar”: António Guterres.
Ese tipo de medidas se consideran fundamentales para cumplir el objetivo mundial de conservar y gestionar eficazmente al menos el 30 % de las zonas terrestres, aguas continentales, y áreas marinas y costeras para 2030, según lo acordado en el Marco Mundial de la Biodiversidad de Kunming-Montreal.
Ese marco, con el nombre de ciudades de China y Canadá, fue adoptado en 2022 por la 15 Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad Biológica (COP15), para detener la extinción de especies amenazadas y garantizar tanto el beneficio equitativo de los recursos genéticos como la gestión sostenible de toda la biodiversidad.
El nuevo acuerdo adoptado por la ONU prevé, en tercer lugar, que se debe garantizar la evaluación y el examen del impacto medioambiental de las actividades realizadas en zonas fuera de las jurisdicciones nacionales.
Además establecerá un marco jurídico internacional para la evaluación de los impactos en las actividades, y sus consecuencias relacionadas con el cambio climático, la acidificación de los océanos y otros efectos conexos en alta mar.
Por último, facilitará el logro de las condiciones y la transferencia de tecnología marina necesaria para ayudar a las partes a alcanzar los objetivos del acuerdo, en particular a los Estados en desarrollo.
El acuerdo también tiene en cuenta las circunstancias especiales que enfrentan las islas pequeñas y los países en desarrollo sin litoral.
Además de esos aspectos considerados esenciales, el acuerdo aborda varias cuestiones transversales, como su relación con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y otros marcos e instrumentos jurídicos.
Asimismo, la relación con los órganos mundiales, regionales, subregionales y sectoriales competentes, así como la financiación y la solución en caso de controversias.
También establece una serie de mecanismos institucionales, como una Conferencia de las Partes, un Órgano Científico y Técnico y otros órganos subsidiarios de la Conferencia de las Partes, un Mecanismo de Facilitación, y una secretaría.
Abundando en sus elogios al acuerdo, Guterres dijo a los delegados que “ustedes demuestran que las amenazas globales requieren una acción a escala mundial, y que los países se pueden unir, en solidaridad, por el bien común”.
A-E/HM