WASHINGTON – En el mundo 675 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y 2300 millones dependen de combustibles nocivos para cocinar, una brecha energética que está lejos de cerrarse, advirtió este martes 6 un reporte conjunto de cinco organizaciones internacionales.
Guangzhe Chen, vicepresidente de Infraestructura en el Banco Mundial, partícipe del estudio, dijo que “a pesar de una desaceleración reciente en el ritmo global de la electrificación, la cantidad de personas sin electricidad se redujo casi a la mitad durante la última década, de 1100 millones en 2010 a 675 millones en 2021”.
“No obstante, se deben realizar esfuerzos y medidas adicionales con urgencia para garantizar que las personas más pobres y a las que es más difícil llegar no se queden atrás. Para alcanzar el acceso universal para 2030, la comunidad de desarrollo debe aumentar las inversiones en energía limpia y el apoyo a las políticas”, agregó.
El reporte fue divulgado de manera simultánea por el Banco Mundial, la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la División de Estadística de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El documento “Tracking SDG 7: The Energy Progress Report (Informe de progreso de la energía)” contrastó la situación de las energías renovables y de los combustibles limpios para cocinar con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, que plantea garantizar para 2030 el acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna.
Se recuerda que el ODS7 incluye alcanzar el acceso universal a la electricidad y la cocina limpia, duplicar los niveles históricos de mejoras de eficiencia, y aumentar sustancialmente la participación de las energías renovables en la combinación energética mundial.
Alcanzar ese objetivo “tendrá un profundo impacto en la salud y el bienestar de las personas, ayudando a protegerlas de los riesgos ambientales y sociales, como la contaminación del aire, y ampliando el acceso a los servicios y la atención primaria de la salud”, destaca el informe.
Este año marca el punto medio para lograr los ODS para 2030, y el informe advierte que los esfuerzos actuales no son suficientes para lograr el ODS 7 a tiempo.
“Para lograr el ODS 7 sin comprometer los objetivos climáticos es crucial que las instituciones financieras multilaterales dirijan los flujos financieros de manera más equitativa en todo el mundo, para apoyar el despliegue de energías renovables y el desarrollo de la infraestructura física relacionada”: Francesco La Cámara.
Las proyecciones actuales estiman que 1900 millones de personas se quedarán sin cocina limpia en 2030, y 660 millones sin acceso a la electricidad, si se continúa con los esfuerzos actuales y no se toman medidas adicionales.
Las brechas impactarán en la salud de las poblaciones más vulnerables y acelerarán el cambio climático. Según la OMS, 3,2 millones de personas mueren cada año por enfermedades causadas por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes, que aumentan la exposición a niveles tóxicos de contaminación del aire doméstico.
Entre los hallazgos clave del informe destaca que, en 2010, 84 % de la población mundial tenía acceso a la electricidad y aumentó a 91 % en 2021, lo que significa que más de 1000 millones de personas obtuvieron acceso durante ese período, pero el ritmo de crecimiento se desaceleró en el lapso 2019-2021.
En 2021, 567 millones de personas en África subsahariana no tenían acceso a la electricidad, lo que representa más de 80 % de la población mundial sin acceso. El déficit de acceso en esa región se mantuvo casi igual al de 2010.
El mundo sigue lejos de lograr el acceso universal a la cocina limpia para 2030. Hasta 2300 millones de personas todavía usan combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, principalmente en África subsahariana y Asia.
El uso de biomasa tradicional también significa que los hogares dedican hasta 40 horas a la semana a recolectar leña y cocinar, lo que impide que las mujeres busquen empleo o participen en los órganos locales de toma de decisiones y que los niños vayan a la escuela.
El uso de electricidad renovable en el consumo mundial ha crecido de 26,3 % en 2019 al 28,2 % en 2020, el mayor aumento en un solo año desde el inicio del seguimiento del progreso de los ODS.
“La energía renovable de costo competitivo ha demostrado una vez más una resiliencia notable, pero los más pobres del mundo aún no pueden beneficiarse plenamente de ella”, dijo Francesco La Cámara, director general de Irena.
Expuso que “para lograr el ODS 7 sin comprometer los objetivos climáticos, debemos lograr un cambio sistémico en la forma en que funciona la cooperación internacional”.
“Es crucial que las instituciones financieras multilaterales dirijan los flujos financieros de manera más equitativa en todo el mundo para apoyar el despliegue de energías renovables y el desarrollo de la infraestructura física relacionada”, añadió.
Irena advierte que los flujos financieros públicos internacionales en apoyo de la energía limpia en los países de ingresos bajos y medianos disminuyen desde antes de la pandemia covid-19, y la financiación se limita a un pequeño número de países.
Esos flujos financieros ascendieron a 10 800 millones de dólares en 2021, 35 % menos que el promedio de 2010-2019 y solo alrededor de 40 % del máximo de 26 400 millones de 2017. En 2021, 19 países recibieron 80 % de los compromisos
El informe también encuentra que el aumento de la deuda y de los precios de la energía están empeorando las perspectivas para alcanzar el acceso universal a la cocina y la electricidad limpias.
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