Eronildes da Silva, orgulloso junto a un racimo de bananos en su finca, cuyo buen tamaño es fruto, dice, de la eficacia fertilizadora del reúso del agua servida. Además de la agricultura, se dedica al transporte escolar y a construir cisternas en Afogados da Angazeira, en la ecorregión del Semiárido, en el nordeste de Brasil. Imagen: Mario Osava / IPS