GINEBRA – Un programa de lucha contra la hepatitis C en los países del Sur con ingresos bajos y medios, que incluye un nuevo medicamento y jeringas con poco espacio muerto, lanzó este martes 17 la agencia de salud Unitaid.
Herve Verhoosel, portavoz de Unitaid, dijo que “los grandes avances de los últimos años han hecho que el tratamiento de la hepatitis C sea muy eficaz y asequible en la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos”.
“Sin embargo, la conciencia limitada y el acceso insuficiente a la atención dificultan gravemente los esfuerzos para eliminar la enfermedad, particularmente entre las comunidades donde las tasas de transmisión son las más altas”, añadió.
Los grupos marginados se ven afectados de manera desproporcionada: cuatro de cada diez personas que se inyectan drogas y una de cada cuatro personas encarceladas tienen una infección activa de hepatitis C.
La enfermedad, transmitida por la sangre, puede causar daño hepático grave y cáncer si no es tratada, recordó un reporte emitido por Unitaid en esta ciudad suiza.
Unitaid es una agencia que ayuda a combatir enfermedades transmisibles, creada en 2006 por iniciativa de Brasil, Chile, France, Noruega y el Reino Unido como una alianza de entidades privadas y multilaterales, con el soporte principal de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Su nuevo programa, con una inversión de 31 millones de dólares, busca prevenir la infección por hepatitis C entre las personas que se inyectan drogas y otras poblaciones de alto riesgo en países de ingresos bajos y medios.
La financiación apoyará la integración de las pruebas y el tratamiento de la hepatitis C en los programas de reducción de daños en 10 países, y probará el uso de dos nuevos productos para prevenir la infección.
Ellos son las jeringas con poco espacio muerto, y nuevas formulaciones de buprenorfina de acción prolongada, un medicamento que reduce las ansias de opiáceos.
Las jeringas con poco espacio muerto son críticas para prevenir una mayor propagación. Ellas tienen un depósito más pequeño donde la sangre puede permanecer después de su uso, lo que limita el riesgo de transmitir infecciones transmitidas por la sangre cuando se comparten las agujas.
Asimismo, las formulaciones de liberación lenta de buprenorfina podrían brindar una opción valiosa para las personas que enfrentan desafíos con las dosis diarias de la formulación oral, como gastos de bolsillo elevados, acoso policial o discriminación.
Las herramientas y enfoques de prevención también ayudarán a evitar la transmisión de otras enfermedades transmitidas por la sangre, incluido el VIH.
La hepatitis C está cada vez más relegada a poblaciones desatendidas que con demasiada frecuencia son pasadas por alto por las respuestas sanitarias mundiales.
Aunque las personas que se inyectan drogas representan solo 10 % de los 58 millones de personas infectadas con hepatitis C en todo el mundo, el uso de drogas inyectables contribuye a 43 por ciento de todas las nuevas infecciones.
Solo 21 % de las personas infectadas recibe un diagnóstico, apenas 13 % recibe tratamiento, y hay 1,5 millones de nuevas infecciones de hepatitis C cada año.
La mayoría de las infecciones ocurren a través de prácticas de inyección inseguras, atención médica insegura, transfusiones de sangre no analizadas, uso de drogas inyectables y prácticas sexuales que conducen a la exposición a la sangre
En todo el mundo, 80 % de las personas afectadas por la hepatitis C viven en países de ingresos bajos y medianos, donde la reducción de daños ha recibido una financiación insuficiente.
Unitaid informó que su iniciativa se implementará a través de tres proyectos complementarios en 10 países, llevados a cabo por entidades aliadas.
Las nuevas jeringas y buprenorfina se probarán en sitios de Egipto, India, Kirguistán, Nigeria, Sudáfrica, Tanzania, Ucrania y Vietnam.
También se realizarán pruebas de jeringas de bajo espacio muerto en Armenia y Georgia. Todos los países integrarán la prestación de servicios dentro de los programas de reducción de daños.
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