NUEVA DELHI – Cuando a principios de marzo se declaró un gran incendio en un campo de refugiados rohinyá en Cox’s Bazar, en Bangladesh, La Voz de Palong (VoP) no tuvo que enviar un equipo desde lejos: sus periodistas ya se encontraban en el propio campo de refugiados de Kutupalong. Desde allí informaron sobre la catástrofe y compartieron sus imágenes con los canales de noticias de Bangladesh.
El programa semanal de esta radio comunitaria, que emite desde el mayor campo de refugiados del mundo, con cerca de un millón de personas, está producido conjuntamente en lengua rohinyá por refugiados de esa minoría musulmana de Myanmar y la comunidad de acogida bangladeshí, con el apoyo de DW Akademie y el socio local Young Power in Social Action (YPSA).
Awaz-e-Dosti, un programa de radio emitido por refugiados afganos en Pakistán, es también una iniciativa conjunta de refugiados y una comunidad de acogida. Producido en persa, pastún y dari, ha encontrado audiencia en Afganistán, Pakistán y otros países, de acuerdo con Fakhira Najib, directora técnica de la Fundación Power99, que ayudó a lanzar el programa en colaboración con DW Akademie.
Estas iniciativas están cambiando las jerarquías tradicionales de los medios de comunicación y permitiendo a las comunidades de refugiados controlar sus propios relatos.
Contar la propia historia
La Fundación Power99 y DW Akademie lanzaron Awaz-e-Dosti tras realizar un estudio interno que reveló que la cobertura de los refugiados afganos en los medios paquistaníes era escasa.
«Esto podía deberse a las dificultades de acceso de los principales medios de comunicación, ya que se necesitan permisos para trabajar en los campos de refugiados», explica Najib.
Añadió que «identificamos a personas interesadas en la radio y ayudamos a su formación. Son los mejores para identificar fuentes y contar sus propias historias. Los programas ayudan a llevar las noticias desde dentro de los campos al mundo exterior».
Uno de los presentadores de Awaz-e-Dosti, Bilal Danish, de 25 años, coincide: «Quiero servir a mi comunidad a través del periodismo».
Danish es un refugiado afgano cuya familia se trasladó a Pakistán hace dos generaciones, durante la invasión soviética de su país.
Uno de sus reportajes, sobre un enfermo de cáncer en el campo de refugiados de Haripur, inspiró a otros a ofrecer su ayuda. Danish también ha informado sobre el tráfico de refugiados afganos y los desplazamientos climáticos, una cobertura que espera que recojan medios afganos más amplios como TOLOnews y Pajhwok Afghan News
La periodista comunitaria de VoP Mizana Begum, de 18 años, huyó de Myanmar con su familia en 2017 tras la campaña militar contra los rohinyás.
De lo que más orgullosa se siente es de sus reportajes sobre pequeñas empresas dirigidas por refugiados, que animaron a su joven vecino a emprender un negocio para valerse por sí mismo. También pudo cubrir el incendio de Cox’s Bazar, amplificando las historias de los afectados por el desastre.
«Nuestra singularidad es que la VoP es para, por y desde la comunidad», afirma Shihab Jishan, director del YPSA para la VoP. «El programa de radio sirve a los rohingya y a las comunidades de acogida de Bangladesh. Ese es el enfoque», añade.
Reporteo constructivo
Tanto VoP como Awaz-e-Dosti dan prioridad a un periodismo constructivo y basado en soluciones.
«Nuestras historias tienden puentes entre las comunidades de acogida y de refugiados. Nuestro trabajo intenta reducir la posibilidad de conflicto», afirma Jishan. «Hicimos una cobertura sobre la afición común al fútbol durante la Copa del Mundo. Y un reportaje que hicimos sobre la crisis del agua en el campo hizo que las oenegés aportaran soluciones», puntualiza.
Otro periodista comunitario de VoP, Jahid Hossain, de 22 años, informó sobre el Myanmar Curriculum Pilot, un programa educativo basado en el plan de estudios nacional del país. Refugiado rohinyá, Hossain se había formado como hafiz antes de huir de Myanmar en 2017. Ahora trabaja en la radio del campo de refugiados.
Del mismo modo, un reportaje de Awaz-e-Dosti sobre la falta de clases para alumnos mayores en la escuela local inspiró a la comunidad a renovar una vieja sala y contratar a un profesor para que los niños refugiados afganos –especialmente las niñas– pudieran continuar su educación.
«Trabajamos en historias de esperanza, resiliencia y cohesión social, y no en sensacionalismos», afirma Najib.
Construir capacidad
VoP y Awaz-e-Dosti han ayudado a sus periodistas a adquirir importantes aptitudes profesionales. «Antes de unirme a VoP, tenía una visión negativa de la televisión y la radio, pues procedía de un entorno conservador», cuenta Hossain.
«Después de trabajar aquí, puedo ver cómo la información correcta puede incluso salvar vidas, como en el caso de la información sobre vacunación. Me ha cambiado la vida», añade.
Danish dice estar contento de haber recibido formación, incluida en edición de audio y vídeo, y añadió que también había aprendido a incorporar el periodismo constructivo en sus reportajes.
Begum también ha crecido profesionalmente en sus siete meses en la VoP. «Antes era tímida, pero ahora he aprendido muchas cosas nuevas: a hacer entrevistas, vox pops y más», dice.
«Ha mejorado mi capacidad de comunicación. También he aprendido a lidiar con el estigma social que rodea a las mujeres que trabajan fuera de casa en la comunidad rohinyá», plantea.
El desafío de la sostenibilidad
Con Awaz-e-Dosti, la Fundación Power99 busca ayudar a los periodistas a convertirse en fuentes confiables de información para los medios nacionales e internacionales que buscan cobertura desde los campos de refugiados.
Pero no basta con formar a los refugiados para que se conviertan en periodistas: necesitan vías para poder mantenerse y sostener su trabajo.
En Pakistán, el equipo no puede trabajar a tiempo completo debido a su condición de refugiados. Solo pueden ser voluntarios, explica Najib. En Bangladesh, los refugiados rohingya carecen de estatuto legal. Esto también les impide trabajar y restringe sus movimientos y su acceso a la educación y la sanidad.
Los medios dirigidos por refugiados tendrán que enfrentarse a estos retos en el futuro.
Este artículo se publicó originalmente en Ijenet, la red internacional de periodistas.
RV: EG