Meta de ayuda a Yemen se queda muy corta, pese a esfuerzos de paz

GINEBRA –  En una conferencia de alto nivel de la ONU, los donantes mundiales prometieron 1200 millones de dólares en operaciones de ayuda a Yemen en 2023. Millones de yemeníes necesitan ayuda humanitaria mientras el país sigue sufriendo las consecuencias de una prolongada guerra civil.

El coordinador de Asuntos Humanitarios y Ayuda de Emergencia, Martin Griffiths, informó que la ONU había recibido 31 compromisos de aportes durante la Séptima Conferencia  de Donantes para el Yemen, celebrada el 27 de febrero en esta ciudad suiza de Ginebra.

La cantidad comprometida sigue estando muy por debajo del objetivo de la organización de 4300 millones de dólares, pero Griffiths se mostró esperanzado de que haya nuevos aportes en las próximas semanas.

El conflicto en Yemen comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutis, apoyados por Irán y que representan a la minoría musulmana chií zaidí del país, tomaron la capital, Saná. La guerra se intensificó en 2015, cuando una coalición liderada por Arabia Saudí intervino en respaldo al  gobierno contra los hutis.

Ya economía yemení vive una profunda parálisis, debido a las repetidas campañas de bombardeos saudíes y a las profundas divisiones territoriales, ya que la mitad del país sigue bajo control de los hutis el norte y la otra mitad bajo control del gobierno en el sur.

El año pasado, factores exógenos también provocaron una fuerte caída del rial yemení en relación con el dólar estadounidense, lo que elevó la inflación hasta 45 %. Por otra parte, los precios de los alimentos aumentaron 58 %. En 2022, 13 millones de personas dependían del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU para obtener alimentos básicos.

Hasta la fecha, el conflicto ha ocasionado la muerte de más de 375 000 personas, 60 % de ellas por causas indirectas, principalmente por desnutrición y enfermedades. La guerra también ha arrasado la infraestructura civil y física del país, incluidas las del sector petrolero, única fuente de divisas de Yemen.

El año pasado, las partes beligerantes acordaron un alto el fuego mediado por la ONU. Aunque expiró en octubre, la tregua de seis meses redujo el número de víctimas. También permitió que el tráfico comercial fluyera a través del puerto de Hodeida, aumentando el suministro de mercancías y ayuda al país.

Una leve mejoría de la seguridad alimentaria a finales del año pasado supuso que dos millones menos de yemeníes soportaron hambre aguda. El número de personas en condiciones similares a la hambruna también se redujo de 161 000 a cero. Pero los avances siguen siendo muy frágiles.

Yemen sigue dependiendo de la ayuda exterior.  Más de 21 millones de personas, dos tercios de la población del país, necesitarán ayuda humanitaria en 2023, según el secretario general de la ONU, António Guterres.

Entre los necesitados, más de 17 millones viven por debajo del umbral de pobreza. Mientras tanto, se calcula que 4,5 millones de yemeníes están desplazados internamente, en gran parte debido a fenómenos relacionados con el cambio climático.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Según la ONU, Yemen es muy vulnerable a los efectos del aumento de las temperaturas en el planeta (sobre todo en las zonas áridas). En los últimos años, las graves sequías han agravado la escasez de alimentos causada por la guerra.

Yemen sigue necesitando ayuda exterior

El objetivo de financiación de 4300 millones de dólares de la ONU es casi el doble de lo que recibió en 2022.

Con vistas al futuro, la dependencia de la ayuda exterior será especialmente acuciante en 2023 debido a la limitación de las exportaciones de petróleo vinculada a los ataques de los hutis contra las terminales petrolíferas controladas por el gobierno el pasado octubre.

La conferencia de febrero se celebró cuando los grupos rivales del país acordaron una suspensión informal de las hostilidades. Se están realizando esfuerzos para declarar una paz duradera después de que el año pasado las partes fracasaran en su intento de prorrogar el acuerdo de paz respaldado por la ONU.

“Tenemos una oportunidad real de cambiar la trayectoria de Yemen y avanzar hacia la paz renovando y ampliando la tregua”, señaló Guterres al abrir el encuentro de alto nivel, copatrocinado por Suecia y Suiza.

A la conferencia asistieron funcionarios de todo el mundo, entre ellos elsSecretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock. En su discurso, Blinken hizo un llamamiento a los donantes para que aumenten sus contribuciones, citando la escasez de fondos del año pasado.

En 2022, la ONU incumplió su objetivo de financiación para Yemen en 2000 millones de dólares.

Blinken también instó a la comunidad internacional a ayudar a restablecer la economía de Yemen, sugiriendo que esto reduciría el sufrimiento de la población a largo plazo.

“Se necesitarán inversiones a gran escala para reconstruir la infraestructura física de Yemen. Sin embargo, garantizar la paz sigue siendo la máxima prioridad.  Sin ella, millones de personas seguirán enfrentándose a niveles extremos de pobreza, hambre y sufrimiento”, añadió.

Mientras tanto, Guterres advirtió de que la financiación de la ayuda no sería la panacea para Yemen.

“La ayuda humanitaria es una tirita (un paliativo). Salva vidas, pero no puede resolver el conflicto», dijo.

Ed: EG

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