La policrisis amenaza la Agenda 2030 en Asia

En muchas ciudades de Asia el contraste entre lo viejo y lo nuevo expresa la desigualdad que puede superarse avanzando hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un proceso afectado por la triple crisis de guerra en Ucrania, pandemia covid-19 y cambio climático. Foto: BM

MANILA – La policiris o convergencia de crisis múltiples –clima, pandemia y guerra- amenaza el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la comunidad internacional en las Naciones Unidas dentro de la Agenda 2030, sostiene un informe divulgado este lunes 27 por el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).

“Estas crisis crearon una tormenta perfecta que descarriló la economía mundial, los medios de subsistencia de millones de personas en Asia y el Pacífico, y el progreso hacia los ODS”, resumió el director general del BAD, Woochong Um.

Se refiere a las principales crisis económicas y sociales, incluido el cambio climático severo, los impactos de la pandemia covid-19, y los efectos de la invasión rusa sobre Ucrania, las cuales “han causado graves interrupciones en los sistemas energético, alimentario y financiero de la región”, dijo Um.

El informe fue elaborado por el BAD junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), y la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (Cespap).

Comienza planteando que sin un progreso sustancial en la mitigación del cambio climático, los desastres relacionados con el clima serán más frecuentes y extremos en la región.

En las dos últimas décadas, 475 000 personas perdieron la vida como resultado directo de más de 11 000 eventos climáticos extremos en la región, con pérdidas materiales superiores a 2,6 billones (millones de millones) de dólares.

También expone que para construir sistemas energéticos y alimentarios más sostenibles e inclusivos, deben ampliarse la tecnología, los marcos de políticas y las innovaciones sociales, para aumentar la eficiencia y los rendimientos, reducir la degradación ambiental y agregar valor para los agricultores y consumidores

En Asia y el Pacífico vive 60 % de los 8000 millones de habitantes del planeta, y tiene a 278 de los 820 millones de hambrientos que hay en el mundo.

Al menos 192 millones de personas sobreviven con menos de 2,15 dólares de ingreso diario, el umbral de la pobreza crítica establecido por el Banco Mundial.

El estudio indica además que 150 millones de personas carecen de servicio de electricidad, y solo 65 % de la población puede cocinar con combustibles o tecnologías limpias.

La región es responsable de más de la mitad del consumo de energía, de más de 60 % del consumo de carbón, y genera al menos un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento climático.

Como en otras regiones con mayoría de países en vías de desarrollo, la pandemia agravó las condiciones de vida y amplió las brechas de desigualdad, incluida la género, dice el informe.

En paralelo, las consecuencias globales de la guerra en Ucrania se han traducido en disrupciones en los sistemas de suministro de alimentos y energía, y en un aumento de los precios de esos bienes y servicios, con impactos negativos sobre la economía y la sociedad.

Por ello, en medio de las restricciones fiscales, el reporte afirma que “las soluciones financieras innovadoras serán fundamentales” para avanzar en logros de los ODS.

Los ODS, adoptados dentro de las Naciones Unidas en 2015 y con metas concretas hacia 2030, son 17 objetivos globales diseñados para ser un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”.

Incluyen propósitos y reclaman programas para lograr por ejemplo el hambre cero, el fin de la pobreza, salud y educación de calidad para todos, trabajo decente, reducción de las desigualdades, actuar por el clima y defender la vida submarina y la de los ecosistemas terrestres, así como la paz y las alianzas para la cooperación.

El nuevo texto asiático dice que para impulsar las inversiones en los ODS, “los gobiernos deben recalibrar la gestión financiera pública, alineando los ODS con los procesos presupuestarios nacionales y explorando nuevas fuentes de ingresos”.

“Salir de la policrisis y desarrollar la resiliencia sistémica requerirá que los países respondan a estas vulnerabilidades inmediatas y al mismo tiempo mantengan el enfoque en los objetivos de desarrollo a más largo plazo”, dijo Um.

El estudio considera que “es crucial aumentar la financiación del sector privado para los ODS, incluso mediante la promoción del uso del marco de los ODS para la medición del impacto en las inversiones”.

Agrega que “las iniciativas regionales y subregionales, como la reducción de las barreras comerciales, también promoverán la seguridad alimentaria y energética”.

Um dijo finalmente que “este podría ser un punto de inflexión histórico hacia un futuro más seguro, iniciando un impulso renovado para transformar los sistemas alimentarios y energéticos”.

A-E/HM

 

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