SONGDO, Corea del Sur – El Fondo Verde para el Clima (FVC) aprobó este miércoles 15 financiar, con un total de 145,3 millones de dólares, tres proyectos de resistencia al cambio climático en regiones de Bolivia, Camboya y Filipinas.
Los proyectos “demuestran cómo las asociaciones pueden brindar soluciones climáticas innovadoras para algunos de los países más vulnerables del mundo”, dijo Yannick Glemarec, director ejecutivo del FVC, brazo financiero de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
En el caso de Bolivia, el proyecto se dirige a incrementar la resiliencia climática en la macro región Valles, una franja con suelos semiáridos y azotada por sequías, que se extiende de norte a sur del país, desde la cordillera de los Andes hasta la Cuenca Amazónica, a una altura media de 2000 metros sobre el nivel del mar.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que preparó el proyecto junto con el gobierno boliviano, recordó que ese país sudamericano es uno de los más vulnerables del mundo al cambio climático.
El proyecto centrará sus esfuerzos en la gestión agroecológica, el uso de tecnologías en riego, carpas solares, mantas térmicas, mallas antigranizo, y la promoción del uso de información meteorológica y climática oportuna, impulsando el acceso a mercados e instrumentos financieros con garantías no convencionales.
También se buscará conservar y restaurar las condiciones de los ecosistemas locales y mejorar la resiliencia de más de 23 400 hectáreas de producción agroecológica, 4448 hectáreas de tierras agrícolas y 17 510 hectáreas de microcuencas estratégicas.
En algunas áreas, la agricultura consume hasta 80 % de toda el agua disponible.
En principio se prevé beneficiar a 58 000 pequeños agricultores, de los cuales 2700 son indígenas y 50 % serán mujeres, en los departamentos de Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija.
Las mujeres deberán tener una participación mínima de entre 30 u 50 % en todas las actividades y el acceso a los activos y la financiación de la iniciativa, se indicó.
Según el representante de la FAO en Bolivia, Rodrigo Roubach, «las mujeres, muchas de las cuales son el núcleo central de sus familias, son las responsables de 48 % de los cultivos en la macro región Valles, y eso se incrementa con la migración estacional de hombres a zonas urbanas por trabajo”.
Se proyecta que actividades relacionadas con el programa beneficien a más de un millón de personas, en su mayoría indígenas y 53,7 % de la población total de Valles.
Del financiamiento previsto, 63,3 millones de dólares, a ejecutarse en cinco años, 33,3 millones son donación del FVC y el resto será asumido como crédito por el gobierno central de Bolivia y la federación de sus municipios, 65 de los cuales hacen parte de la macro región Valles.
Para Filipinas se aprobó financiar, con 39,2 millones de dólares, programas que beneficiarán, a lo lardo de siete años, a 1,25 millones de personas, principalmente agricultores de bajos ingresos en nueve regiones y cinco provincias vulnerables.
Según las previsiones, el archipiélago filipino experimentará fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos, como tormentas tropicales, sequías, inundaciones y precipitaciones irregulares.
El proyecto, con 26,2 millones de dólares del FVC y 12,9 millones de origen local, buscará adaptar sistemas agrícolas al cambio climático, mediante medidas de reducción de riesgos, y fomento de medidas e incorporación de tecnologías resilientes al cambio climático en las labores del campo.
Según las autoridades filipinas en la materia, el proyecto puede reducir 4,38 toneladas métricas de emisiones de carbono durante 20 años, gracias a la mejora del uso de la tierra y a prácticas agrícolas respetuosas con el clima.
En Camboya se invertirán 42,8 millones de dólares para ayudar a los pequeños agricultores, en especial a las mujeres, a prepararse para hacer frente a las crecientes amenazas climáticas en la cuenca del lago Tonlé Sap, una de las regiones agrícolas más importantes del país, y especialmente expuesta a inundaciones y sequías.
El proyecto se ha concebido para abordar las vulnerabilidades climáticas y socioeconómicas de unos 450 000 agricultores y otros actores de la cadena de valor, mejorando sus conocimientos sobre los riesgos climáticos e introduciendo incentivos de mercado que promuevan una producción agrícolas resiliente y de mayor valor.
Los tres proyectos “muestran cómo la FAO puede, aprovechando las asociaciones de ámbito mundial, ayudar a reforzar las capacidades de adaptación y resiliencia de las comunidades rurales, en especial de las mujeres y los pueblos indígenas”, observó Maria Helena Semedo, directora general adjunta de la organización.
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