Un mejor control del las aguas -para el consumo y servidas- y regulaciones que ayuden a reducir el empleo de antimicrobianos en los sectores agrícola, farmacéutico y sanitario, contribuirá a disminuir el riesgo de que millones de personas mueran cada año por la acción de las superbacterias y otros microbios muy resistentes. Foto: Shutterstock/Pnuma