GINEBRA – El comercio mundial alcanzará este año el récord de 32 billones (millones de millones) de dólares, pero ya se contrae en casi todas las regiones, incluida América Latina y el Caribe, reportó este martes 13 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
El retroceso, que sigue a una desaceleración marcada principalmente por las consecuencias de la guerra en Ucrania sobre la economía mundial –deterioro de las condiciones y aumento de la incertidumbre- la Unctad lo atribuye, principalmente y en términos de valor, a la baja en los precios de la energía.
Como referencia, el barril (159 litros) de crudo Brent del mar del Norte se cotizaba este martes a 79,66 dólares, versus 122 dólares en junio, y el de West Texas Intermediate, marcador estadounidense, se vendía a 74,54 dólares, cuando a mediados de año se transaba a 114 dólares la unidad.
El crecimiento anual del comercio se cifra en 10 % por el intercambio de bienes y 15 % por el de servicios, pero se debe principalmente a un buen primer semestre para esa actividad, con crecimiento moderado a partir del tercer trimestre de 2022.
En ese lapso el comercio de bienes disminuyó uno por ciento en relación con el segundo trimestre de 2022, y el de servicios aumentó apenas 1,3 %.
El reporte de actualización del comercio de la Unctad estima que, al cierre del cuarto trimestre del año, el valor del comercio mundial disminuirá tanto en los bienes como en los servicios.
La Unctad matizó la contracción, explicando que ésta ha sido en los valores, ya que el volumen del comercio siguió aumentando a lo largo del año, hasta tres por ciento, lo que muestra la resistencia de la demanda global.
Con excepción de Rusia, el comercio de bienes para todas las principales economías estuvo muy por encima de los niveles del año anterior, aunque la tendencia positiva se revirtió para la mayoría en el tercer trimestre.
Los países que mostraron mayor ímpetu comercial durante el tercer trimestre fueron Brasil, China e India, y los sectores que mejor resistieron el declive fueron vestidos, equipos de comunicación y equipos de oficina.
En el tercer trimestre, las economías de Asia oriental mostraron mayor resiliencia, mientras que el comercio Sur-Sur se rezagó.
En la medición anual, América Latina y el Caribe vio crecer sus exportaciones 17 %, y sus importaciones 19 %, pero en el tercer trimestre la tendencia se revirtió, con apenas tres por ciento de aumento de las exportaciones y uno por ciento de las importaciones, en comparación al mismo período del año anterior.
En el sur y occidente de Asia, donde están algunos de los mayores exportadores de hidrocarburos del mundo, las exportaciones crecieron durante el año en 28 % y las importaciones 18 %, pero esos números se redujeron a cuatro y dos por ciento en la comparación correspondiente al tercer trimestre.
Tendencias similares se registraron en África, Oceanía, América del Norte y Europa, pero en la región de Asia-Pacífico, donde el comercio también creció según la medición anual, no hubo retroceso sino equilibrio en el tercer trimestre, en comparación con ese mismo lapso de 2021.
El análisis detalló que los precios internacionales de los insumos intermedios y los bienes de consumo han seguido aumentando en el semestre en curso, lo que ha suscitado preocupación dada la persistencia de la inflación.
Para 2023 la Unctad proyecta un panorama sombrío en la esfera comercial, con una mayor desaceleración debida a factores como un menor crecimiento de la economía, el aumento de las tasas de interés, la inflación sostenida en muchas economías y el contagio económico negativo de la guerra en Ucrania.
El estudio argumenta que los altos precios de los bienes comercializados y de la energía, así como el aumento continuo de los insumos intermedios y los bienes de consumo, disminuirán la demanda de importaciones, reduciendo el volumen del comercio internacional.
Además, señala que los niveles récord de deuda global y el aumento de las tasas de interés generan dudas sobre la sostenibilidad de la deuda.
Prevé, finalmente, un endurecimiento continuo de las condiciones financieras, lo que aumentaría aún más la presión sobre los gobiernos altamente endeudados y afectaría las inversiones y los flujos comerciales internacionales.
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