Decadencia y caída de la democracia en el mundo

Votantes aguardan para sufragar en las elecciones generales de Nepal, en el distrito de Bhaktapur. Un nuevo informe sobre el estado de las democracias en el mundo indica que este sistema está en retroceso en mayor o menor proporción en todos los continentes. Foto: ONU

NACIONES UNIDAS – A un jefe de Estado que presidió un régimen autoritario en el sudeste asiático le preguntaron una vez por las elecciones amañadas en su país. “Prometí que les daría el derecho a votar», dijo, «pero no dije nada sobre contar esos votos».

Esta cita infame, quizá pronunciada medio en broma, fue descrita con razón como una combinación impía de despotismo y democracia.

En un informe publicado al comenzar diciembre, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (Idea Internacional), con sede en Estocolmo, afirma que la mitad de los gobiernos democráticos del mundo están en declive, minados por problemas que van desde las restricciones a la libertad de expresión hasta la desconfianza en la legitimidad de las elecciones.

El número de países en retroceso -aquellos con la erosión más severa de la democracia- está en su punto álgido, e incluye la democracia establecida de Estados Unidos, que todavía se enfrenta a problemas de polarización política, disfunción institucional y amenazas a las libertades civiles.

A nivel mundial, el número de países que avanzan hacia el autoritarismo es más del doble que el de los que avanzan hacia la democracia.

Este declive se produce cuando los líderes elegidos en las urnas se enfrentan a retos sin precedentes como la guerra de Rusia en Ucrania, la crisis del coste de la vida, la inminente recesión mundial y el cambio climático, sin olvidar las consecuencias aún vigentes de la pandemia de covid-19.

Las principales conclusiones del informe titulado “El Estado Global de la Democracia 2022- Forjar Contratos Sociales en Tiempos de Descontento”, lanzado el 2 de diciembre por Idea Internacional, son muy desalentadoras sobre la situación de la democracia en el mundo.

Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que la nueva evaluación es alarmante, ya que confirma que la democracia continúa estancada o en declive en la mayoría de los países.

Además, los regímenes no democráticos son cada vez más represivos, añadió.

“Está claro que hay que redoblar los esfuerzos para contrarrestar estas tendencias. La gente de todo el mundo quiere democracia”, dijo Bummel.

Las protestas actuales en China e Irán son una prueba de ello, por citar solo dos ejemplos, adujo. Idea Internacional hace referencia a encuestas que indican un sentimiento creciente a favor de los líderes autoritarios, que incrementan su popularidad.

Pero contrapuso el especialista que también hay otras encuestas que muestran un alto apoyo popular a la democracia como principio de gobierno.

“La falta de confianza se refiere principalmente a la actuación real de los gobiernos democráticos. Lo más importante es que deben hacer más para garantizar que sus políticas benefician a la mayoría de la gente de forma tangible”, dijo.

Deben luchar contra la corrupción y los grupos de presión en sus propias filas y fuera de ellas. Se necesitan innovaciones para que la gente tenga más oportunidades de ser escuchada.

“Democracia sin Fronteras sugiere que se considere la posibilidad de convocar una asamblea ciudadana transnacional que estudie las causas profundas comunes del declive democrático y cómo abordarlas. Las democracias también deben colaborar mejor y dar un paso adelante a nivel internacional”, argumentó el secretario ejecutivo de la institución.

A su juicio, las democracias “deben contribuir a reforzar la representación democrática y la participación de los ciudadanos en la ONU”. “Otra propuesta que estamos estudiando es establecer el mandato de un relator especial de las Naciones Unidas sobre la Democracia”, detalló Bummel.

Mientras tanto, la situación de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas no era mejor: la compraventa de votos ha sido una práctica habitual durante las elecciones de la ONU (Organización de Naciones Unidas), en su mayoría en una época pasada.

Cuando los Estados miembros de la ONU competían por la presidencia de la Asamblea General o por la pertenencia al Consejo de Seguridad o a diversos órganos de la ONU, las votaciones se veían empañadas en gran medida por el soborno, la diplomacia del talonario y las ofertas de cruceros de lujo por Europa.

Mientras, las promesas de aumentar la ayuda a las naciones más pobres del mundo venían acompañadas en la mayoría de los casos de fuertes condiciones.

En los años 40 y 50 del siglo pasado, las votaciones se hacían a mano alzada, sobre todo en las salas de los comités. Pero en años posteriores, un tablero electrónico más sofisticado, en lo alto del Salón de la Asamblea General, contaba los votos o, en el caso de las elecciones al Consejo de Seguridad o al Tribunal Internacional de Justicia, la votación era secreta.

En una de las reñidas elecciones de hace muchas lunas, corrió el rumor de que un país de Medio Oriente empapado de petróleo estaba repartiendo entre los diplomáticos de la ONU relojes de pulsera suizos de alta gama y acciones de la predecesora de la actual  Saudí Aramco, una de las mayores compañías petroleras del mundo, a cambio de sus votos.

Así, cuando se levantaron las manos a la hora de votar en la sala del Comité, el mayor número de manos a favor del candidato bendecido por el petróleo lucía ostensibles relojes suizos.

Como anécdota, simbolizaba la corrupción que impera en las votaciones de las organizaciones intergubernamentales, incluidas las Naciones Unidas, tal vez como en la mayoría de las elecciones nacionales de todo el mundo.

En vísperas de una elección para formar parte del Consejo de Seguridad, un país de Europa Occidental ofreció cruceros de lujo por el Mediterráneo a cambio de votos, mientras que otro repartió abiertamente en la sala de la Asamblea General cajas de caros bombones suizos envueltos para regalo.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Mientras tanto, en un intento de impulsar la democracia en todo el mundo, Estados Unidos  organizó su primera Cumbre por la Democracia en diciembre de 2021.

Y el 29 de noviembre pasado, la administración de Joe Biden anunció que los gobiernos de Corea del Sur, Costa Rica, Países Bajos, Zambia y el propio Estados Unidos organizarán conjuntamente la segunda edición de la Cumbre por la Democracia, el 29 y el 30 de marzo de  2023.

Sobre la base de la primera Cumbre, se espera que la próxima reunión demuestre «cómo las democracias benefician a sus ciudadanos y están mejor equipadas para hacer frente a los desafíos más acuciantes del mundo», adujo al hacer el anuncio el Departamento de Estado estadounidense.

“Vivimos una época marcada por los desafíos a una gobernanza responsable y transparente. Desde las guerras de agresión hasta los cambios climáticos, la desconfianza social y la transformación tecnológica, no podría estar más claro que, en todo el mundo, la democracia necesita defensores a todos los niveles”, se añadió.

Junto con otros invitados a la segunda Cumbre, «esperamos responder a este llamamiento y demostrar que una gobernanza transparente y responsable sigue siendo la mejor manera de lograr una prosperidad duradera, la paz y la justicia», afirmó en un comunicado el Departamento de Estado.

Por su parte, el secretario general de Idea Internacional, Kevin Casas-Zamora, afirmó al lanzar el informe anual que el mundo se enfrenta a multitud de crisis, desde el coste de la vida a los riesgos de confrontación nuclear y la aceleración de la crisis climática.

“Al mismo tiempo, vemos que la democracia mundial está en declive.  Es una mezcla tóxica.  Nunca ha sido tan urgente que las democracias respondan y demuestren a sus ciudadanos que pueden forjar contratos sociales nuevos e innovadores que unan a las personas en lugar de dividirlas”, añadió.

Por regiones, los estados de situación, según el informe, son los siguientes:

Asia-Pacífico  

La democracia retrocede en Asia y el Pacífico, mientras que el autoritarismo se solidifica. Solo  54 % de los habitantes de la región viven en una democracia, y casi 85 % de ellos en una que es débil o que retrocede. Incluso democracias de alto y medio rendimiento como Australia, Japón y Taiwán están sufriendo una erosión democrática.

África y Medio Oriente

A pesar de los innumerables desafíos, África sigue siendo resistente frente a la inestabilidad. Países como Gambia, Níger y Zambia están mejorando su calidad democrática. Superando un espacio cívico restringido, la acción cívica en varios países ha creado oportunidades para renegociar el contrato social; los resultados han variado según el país.

En Medio Oriente, más de una década después de la llamada Primavera Árabe, los movimientos de protesta siguen estando motivados por los fallos de los gobiernos en la prestación de servicios y las oportunidades económicas, aspectos clave de los contratos sociales.

 América

Tres de cada siete democracias en retroceso se encuentran en las diferentes regiones de América, lo que apunta al debilitamiento de las instituciones incluso en las democracias de larga data.

Las democracias luchan por equilibrar eficazmente entornos marcados por la inestabilidad y la ansiedad, y los populistas siguen ganando terreno mientras la innovación democrática y el crecimiento se estancan o disminuyen.

En Estados Unidos, las amenazas a la democracia persisten tras la presidencia de Donald Trump, ilustradas por la parálisis política del Congreso, el ataque y rechazo a las mayorías y el retroceso de derechos establecidos desde hace mucho tiempo.

Europa

Aunque la democracia sigue siendo la forma de gobierno dominante en Europa, la calidad de la democracia se ha estancado o está en declive en muchos países.

Casi la mitad de las democracias en Europa  -un total de 17 países- ha sufrido erosiones en los últimos cinco años. Estos descensos afectan a 46 % de las democracias de alto rendimiento.

T: MF / ED: EG

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