La COP27 ignora las dramáticas pérdidas de los sistemas alimentarios en África

Activistas climáticos de África piden que la agricultura ecológica sea incluida entre las medidas contra el cambio climático en el documento que pondrá fin a la COP27, porque ella es diversa, resistente y crucial para los agricultores del continente, lo que les permitirá adaptarse a la crisis. Foto: Aimable Twahirwa / IPS

SHARM EL SHEIJ – Los  enfoques de agricultura sostenible, como la agroecología, se han eliminado del borrador del acuerdo con que finalizará la cumbre climática mundial que está por concluir en Egipto. Por ello, los activistas demandan a los negociadores africanos que den pasos para reponer la agricultura en el texto definitivo.

Esto lo consideran crucial para un continente que según las Naciones Unidas produce actualmente menos alimentos por habitante que hace tres décadas, mientras que el número de personas crónicamente desnutridas ha aumentado de forma espectacular.

Esa es una consecuencia directa de los impactos del cambio climático recuerdan especialistas y activistas de la sociedad civil de África en la 27 Conferencia de las Partes (COP27) sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, que comenzó en la ciudad balnearia de Sharm el Sheij el 6 de noviembre y debe concluir este viernes 18, aunque seguramente se prolongará un día más.

La evaluación más reciente de los impactos climáticos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las pérdidas y los daños pueden dividirse en dos categorías: las pérdidas económicas que implican ingresos y activos físicos; y las pérdidas no económicas, que incluyen, entre otras, las pérdidas de mortalidad, movilidad y bienestar mental.

En el sector de la agricultura, las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que, a pesar de los avances generales en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria a escala mundial, muchos países, especialmente en el África subsahariana, no han logrado avanzar en las últimas décadas.

La crisis de producción de alimentos en el continente “debe cambiar porque muchos de los problemas agrícolas y de seguridad alimentaria de África están relacionados con políticas equivocadas e instituciones débiles en el contexto de la crisis climática», dijo Million Belay, coordinador de la Alianza por la Soberanía Alimentaria en África (AFSA).

Belay consideró que el sistema alimentario industrial es uno de los principales responsables del cambio climático, pero aún no se toma en serio en los debates y negociaciones sobre el clima.

“Las soluciones reales, como la agricultura agroecológica diversa y resistente, son cruciales para que los agricultores (de África) se adapten al caos climático, pero se les está dejando de lado y se les priva de financiación para el clima”, dijo a IPS en el Centro de Convenciones de Sharm el Sheij, donde se lleva a cabo la COP27.

Mientras la COP27 trata de abordar el tema de los sistemas alimentarios, por primera vez, las nuevas soluciones sugeridas por las empresas transnacionales y los grandes filántropos mundiales, se han convertido en un nuevo punto de preocupación y duda para los activistas climáticos africanos.

Esos poderosos actores globales quieren imponer sistemas de producción alimentaria basados en nuevas tecnologías para recompensar a los agricultores africanos por adaptarse y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provocan el calentamiento planetario.

Million Belay, coordinador de la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África, dice en la COP27 que las soluciones de la revolución verde han fracasado en el continente y llama a promover la agricultura ecológica y no caer en sistemas alimentarios industriales, que han impulsado el cambio climático. Foto: Aimable Twahirwa / IPS

Los expertos describen los sistemas alimentarios industriales, como los monocultivos, el alto uso de fertilizantes y productos químicos, como un enorme impulsor del cambio climático en África, mientras que la agricultura agroecológica a pequeña escala y los sistemas autóctonos tienen comparativamente menos emisiones de GEI y pueden incluso trabajar para secuestrar carbono en ecosistemas saludables.

“Históricamente, estos filántropos y transnacionales han considerado a África como un continente que se enfrenta a una crisis de productividad agrícola, pero el grave problema está más bien relacionado con la crisis de resiliencia”, dijo Belay.

Mientras los patrones de calentamiento global siguen cambiando y los recursos naturales disminuyen, los expertos en clima consideran que la agroecología es el mejor camino para alimentar al continente.

La mayoría de los expertos coinciden en que, con las tasas de crecimiento actuales, la población de África se duplicará en 2050 y volverá a duplicarse en 2100, llegando a superar los 4000 millones de habitantes a finales de siglo.

Las últimas estimaciones del Instituto Internacional de Investigación Pecuaria (Ilri, en inglés) muestran que para alimentar a esta creciente población se necesitarán avances significativos en los sistemas alimentarios de África.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Martin Fregene, director de Agricultura y Agroindustria del Banco Africano de Desarrollo (BAD), dijo a los delegados de los gobiernos de la COP27 que se necesita desesperadamente el poder de las tecnologías agrícolas para aumentar la productividad y combatir la malnutrición en el continente.

En su intervención durante una sesión centrada en las principales soluciones para un sector agrícola sostenible en África, Fregene señaló que la inadecuada inversión pública en investigación, formación e infraestructuras agrícolas y la limitada movilización del sector privado son algunos de los principales factores que contribuyen a la inseguridad alimentaria que afecta a África a causa del cambio climático.

En mayo de este año, el BAD puso en marcha un Mecanismo de Producción Alimentaria de Emergencia en África para proporcionar a 20 millones de pequeños agricultores africanos semillas y acceso a fertilizantes.

El objetivo es permitir a esos agricultores producir rápidamente 38 millones de toneladas de alimentos, lo que supone un aumento de la producción equivalente a de 12 000 millones de dólares en dos años.

El programa pretende especialmente proporcionar subvenciones directas a los agricultores para que compren fertilizantes y otros insumos, así como financiar a los grandes importadores de fertilizantes para que se abastezcan de otras regiones.

Mientras que las perturbaciones del sistema alimentario provocadas por el clima solían producirse una vez cada 10 años de media en África, los especialistas y activistas indican que ahora se producen cada 2,5 años.

Las estimaciones muestran que para 2050, un incremento de las temperaturas de solo 1,2 a 1,9 grados Celsius, muy dentro del rango de las proyecciones actuales del IPCC, probablemente aumentará el número de desnutridos en África entre 25 % y 95 %.

En África central el incremento sería de 25 %, en África oriental de 50 %, en África del sur en 85 % y en África occidental de 95 %.

Los activistas y especialistas climáticos concuerdan en que el sector público en la mayor parte del África subsahariana puede hacer más para involucrar al sector privado y garantizar que los pequeños agricultores se apropien de las estrategias de adaptación establecidas.

Matthias Berninger, vicepresidente sénior de Asuntos Públicos y Gubernamentales Globales de la compañía de biotecnología Bayer, dijo a IPS que, aunque hay ejemplos positivos que muestran cómo el sector privado se está involucrando en la adaptación agrícola al cambio climático en el África subsahariana, todavía hay un largo camino por recorrer.

“El continente cuenta con proyectos de adaptación que están demostrando su potencial, pero todavía hay una necesidad urgente de remodelar el sistema alimentario de África para que sea más resistente, productivo e inclusivo”, dijo.

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-Food, en inglés) y el Instituto de Estudios del Desarrollo, con sede en el Reino Unido, muestra que estas técnicas agrícolas sostenibles y regenerativas han sido descuidadas, ignoradas o desatendidas por los principales donantes.

Una de las principales conclusiones es que la mayoría de los gobiernos, especialmente en el África subsahariana, siguen favoreciendo los enfoques de la revolución verde, creyendo que la agricultura industrial a gran escala y con uso intensivo de productos químicos es la única forma de producir suficientes alimentos.

“Las soluciones de la revolución verde han fracasado”, dijo Belay.

T: MF / ED: EG

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