La inversión climática cae en medio de las crisis

Pasajeros abordan un autobús eléctrico en Yakarta, Indonesia. La inversión en la transición a energías verdes, descarbonizadas, se resiente en un contexto de crisis que este año afecta a toda la inversión extranjera directa. Foto: Ari Wibisono/Unctad

GINEBRA – La inversión internacional en proyectos que abordan la crisis climática disminuye en un contexto de contracción mundial de las inversiones, indicó un nuevo estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

Entre enero y septiembre de 2022, los sectores de mitigación y adaptación climática tuvieron, respectivamente, siete y 12 % menos de nuevos proyectos anunciados, en marcado contraste con la fuerte aceleración del año anterior, según el reporte de la Unctad, con sede en esta ciudad suiza.

Los proyectos de mitigación representaron 94 % de las inversiones climáticas internacionales, mientras que los de adaptación continuaron muy rezagados.

La mitigación del cambio climático aborda los esfuerzos para reducir o prevenir las emisiones de gases de efecto invernadero, que recalientan la atmósfera; y la adaptación se refiere a los ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a estímulos climáticos reales o previstos, y sus efectos o impactos.

La mayor parte de las inversiones en mitigación se encuentran en energías renovables y, en menor medida, en proyectos de eficiencia energética.

Según el informe, “el cambio de combustibles fósiles a inversiones verdes para apoyar la transición energética corre el riesgo de sufrir un revés, debido a la pérdida de impulso en las energías renovables y los altos precios del petróleo y el gas”.

La tendencia a la baja en la inversión también está afectando a las industrias extractivas y la generación de energía basada en combustibles fósiles, donde el número de proyectos se redujo 16 % en los primeros tres trimestres de 2022.

Pero el informe advierte que las altas ganancias de las multinacionales en estos sectores, combinadas con la actual crisis energética, podrían dar lugar a un renovado impulso para las inversiones en energía basada en combustibles fósiles, cuya producción exacerba el cambio climático.

Una indicación temprana de esa situación es el valor de las fusiones y adquisiciones transfronterizas en la industria extractiva, que se multiplicó por seis entre enero y septiembre de 2022.

Por otra parte, el análisis indicó que las economías desarrolladas representaron dos tercios de los acuerdos de financiación de proyectos internacionales y las inversiones totalmente nuevas en energías renovables.

Solo Europa representó más de la mitad de los proyectos de energías renovables, con más de 700 en los primeros tres trimestres de 2022.

América del Norte y los países en desarrollo de Asia atrajeron alrededor de 200 proyectos cada uno, mientras que América Latina y el Caribe y África recibieron alrededor de 150 y 100, respectivamente.

El informe fue publicado como insumo para la 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se realizará en Sharm el Sheij (Egipto) del 6 al 18 de noviembre de este año.

La merma de la inversión climática se inscribe en un contexto de desaceleración de la inversión global para 2022, pues otro estudio de la Unctad mostró que los flujos de inversión extranjera directa (IED) en el segundo trimestre de 2022 alcanzaron un valor estimado de 357 000 millones de dólares.

Ese monto expresa una disminución de 31 % con respecto a los primeros tres meses y siete por ciento menos que el promedio trimestral de 2021.

“La tendencia negativa refleja un cambio en el sentimiento de los inversores debido a las crisis alimentaria, de combustible y financiera en todo el mundo, la guerra de Ucrania, el aumento de la inflación y las tasas de interés y los temores de una próxima recesión”, dijo el informe.

Pero señaló que los flujos de IED durante la primera mitad del año aún aumentaron, ya que el fuerte impulso de crecimiento de 2021 continuó en el primer trimestre.

Los flujos de IED hacia las economías en desarrollo como grupo “mostraron cierta resiliencia”, aumentando seis por ciento, a 220 000 millones de dólares.

Pero ese repunte fue impulsado principalmente por el crecimiento continuo en varias economías emergentes grandes.

América Latina y los países en desarrollo de Asia mantuvieron el impulso alcista anterior de IED, mientras que los flujos hacia África casi se agotaron por completo.

A-E/HM

 

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe