Una familia de Sachac, una comunidad campesina quechua, en una zona altoandina de Cusco, en el sureste de Perú, donde se mantiene el quechua como lengua de uso predominante y se preservan costumbres ancestrales. Cuando miembros de estas familias originarias se desplazan a las ciudades, enfrentan diferentes formas de racismo, pese a que 60 % de la población peruana se identifica como mestiza y 25 % como integrante de un pueblo originario. Foto: Mariela Jara / IPS

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