MADRID – El presidente brasileño de extrema derecha, Jair Bolsonaro, fue citado hace un año diciendo a una pequeña audiencia que “cada vez más el indígena es un ser humano igual a nosotros, los blancos», trasluciendo un pensamiento racista que expresado en varias ocasiones con parecidas afirmaciones.
Trágicamente, la gran mayoría de la población mundial, que este año alcanza un récord de 8000 millones de personas, es duramente ignorada y considerada solo como números molestos, si es que alguna vez es tratada como tal.
La población mundial ha crecido demasiado rápido y, con ella, la ola de asombrosas desigualdades, abusos de los derechos humanos y una violencia escandalosamente creciente.
Los datos sobre el rápido crecimiento de la población hablan por sí mismos: por ejemplo, la población mundial tardó cientos de miles de años en crecer hasta los 1000 millones de personas, y en tan solo otros 200 años se multiplicó por siete.
Con motivo de celebrarse el lunes 11 de julio el Día Mundial de la Población, se recuerda que en 2011 la población mundial alcanzó los 7000 millones de personas, se situó en casi 7900 millones en 2021 y se espera que alcance unos 8500 millones en 2030, 9700 millones en 2050 y 10 900 millones en 2100.
En resumen: la población mundial se ha triplicado en apenas medio siglo, entre 1950 y 2020.
Este espectacular crecimiento ha sido impulsado en gran medida por el aumento del número de personas que llegan a la edad reproductiva, y ha ido acompañado de importantes cambios en las tasas de fertilidad, el aumento de la urbanización y la aceleración de la migración, explica el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Estas tendencias tendrán implicaciones de gran alcance para las generaciones venideras.
Un buen número de demógrafos puede maravillarse ante los avances en materia de salud que han ampliado la esperanza de vida, reducido la mortalidad materna e infantil y dado lugar al desarrollo de vacunas en un tiempo récord.
Otros alabarán las innovaciones tecnológicas que han facilitado nuestras vidas y nos han conectado más que nunca. Y otros anunciarán los avances en materia de igualdad de género, según la Organización de las Naciones Un idas (ONU).
Desigualdad, discriminación, acoso, violencia
Pero el progreso no es universal, lo que pone de manifiesto la desigualdad.
Las mismas preocupaciones y desafíos planteados hace 11 años permanecen o se han agravado: el cambio climático, la violencia, la discriminación, advierte el UNFPA al plantear el entono del Día Mundial de la Población.
“El mundo alcanzó un hito especialmente desalentador en mayo: se superaron los 100 millones de personas desplazadas forzosamente”, destaca.
“En un mundo ideal, 8000 de personas significarían 8000 millones de oportunidades para crear sociedades más sanas fortalecidas por derechos y elecciones”, añade, “pero el campo de juego no es, ni nunca ha sido, igualitario”.
En función del género, la etnia, la clase social, la religión, la orientación sexual, la discapacidad y el origen, entre otros factores, demasiadas personas siguen expuestas a la discriminación, el acoso y la violencia, advierte el UNFPA.
Un panorama más amplio
De hecho, los políticos y los medios de comunicación de todo el mundo, en particular los de los países más industrializados, llevan mucho tiempo ignorando la otra cara de la moneda.
Estos son algunos ejemplos:
– El 1 % más rico contamina más que 50 % más pobre. De hecho, el Grupo de los 20 (G20) de grandes países industriales y emergentes es responsable de 78 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En cambio, en el caso concreto de África, 54 países que albergan a 1400 millones de personas, causa un porcentaje insignificante de entre 2 % y el 3 % de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero es víctima de más de 80 % de las catástrofes climáticas del mundo;
-Se necesitan urgentemente otros cinco planetas Tierra si el actual agotamiento de los recursos naturales continúa como se espera;
-El riesgo de convertir el planeta Tierra en un gigantesco desierto;
-Al mismo tiempo, junto a las causas de la emergencia climática, este voraz negocio lucrativo también ha conducido a un rápido crecimiento de la degradación de la tierra y la desertificación.
¿Quién está detrás de la destrucción de la biodiversidad? Obviamente, aquellos que han estado obteniendo voraces beneficios explotando la infraestructura esencial de todo tipo de vida en la Tierra, a través de su agricultura industrial intensiva, la recolección de recursos genéticos de la flora y la fauna para registrarlos como su propia «propiedad», la producción de alimentos modificados genéticamente y el uso excesivo de productos químicos.
También aquellos detrás del gran negocio de la madera, destruyendo bosques, induciendo el despilfarro de enormes cantidades de productos agrícolas y ganaderos para mantener sus precios lo más rentables posibles. Y un largo, larguísimo etcétera.
Mientras tanto, los grandes negocios agotan la naturaleza y la suplen con alimentos sintéticos. De hecho, el impacto cada vez mayor de ese agotamiento, junto con los conflictos y las crisis climáticas, han empujado a millones de seres humanos a huir de sus hogares de origen y emigrar.
Pero además de morir en sus viajes migratorios, también son presa fácil del tráfico y la trata de personas.
Simultáneamente, las potencias con armas nucleares siguen despilfarrando 156 000 dólares por minuto en su política de defensa antidisturbios
Una consecuencia es que ahora mismo hay nuevos récords mundiales: más armas que nunca y una crisis de hambre como ninguna otra antes.
Fertilidad, la esperanza de vida y urbanización
Volvamos al tema del crecimiento de la población. En el pasado reciente se han producido enormes cambios en las tasas de fertilidad y en la esperanza de vida. A principios de la década de los 70, las mujeres tenían una media de 4,5 hijos cada una; en 2015, la fecundidad total del mundo había caído por debajo de 2,5 hijos por mujer en edad de procrear.
Al mismo tiempo, la esperanza de vida media mundial ha aumentado, pasando de 64,6 años a principios de la década de los 90 a 72,6 años en 2019, según datos del UNFPA vinculados al Día Mundial de la Población de este año.
El resultado es de contrastes: en torno a 60 % de la población mundial vive en países con una tasa de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer, mientras otros países tienen grandes poblaciones jóvenes y continúan creciendo rápidamente.
Además, el mundo está experimentando altos niveles de urbanización y una aceleración de la migración. 2007 fue el primer año en el que más personas vivieron en zonas urbanas que en zonas rurales, y en 2050 cerca de 66 % de la población mundial vivirá en ciudades.
Esas megatendencias tienen implicaciones de gran alcance. Afectan al desarrollo económico, al empleo, a la distribución de la renta, a la pobreza y a las protecciones sociales. También afectan a los esfuerzos para garantizar el acceso universal a la atención sanitaria, la educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía.
Más datos y cifras
Con motivo del Día Mundial de la Población, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas informó de lo siguiente:
-Desde mediados del siglo XX, el mundo ha experimentado un crecimiento demográfico sin precedentes. La población mundial se ha triplicado con creces entre 1950 y 2020.
-La tasa de crecimiento de la población mundial alcanzó su punto máximo entre 1965 y 1970, cuando el número de personas aumentaba una media anual de 2,1 %.
-Durante el período 2000-2020, aunque la población mundial creció a una tasa media anual de 1,2 %, 48 países o zonas crecieron al menos dos veces más rápido: entre ellos, 33 países o zonas de África y 12 de Asia.
-La duración de la vida de los adultos en el mundo desarrollado ha aumentado desde mediados del siglo XX: el número de personas que llegan a los 100 años nunca ha sido tan alto como ahora.
Ahora que tiene ante sus ojos las dos caras del mundo actual, considere siempre la cara “humana” de las cifras.
T: MF / ED: EG