NACIONES UNIDAS – Responsables de las Naciones Unidas celebraron como “histórica” la resolución de la Asamblea General de la organización que declaró el acceso a un medioambiente limpio y saludable como derecho humano universal.
“Esta resolución transmite el mensaje de que nadie puede quitarnos la naturaleza, ni el aire limpio, ni el agua limpia, ni privarnos de un clima estable. Al menos no sin luchar por ello”, declaró este viernes 29 Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
La resolución de la Asamblea General se aprobó el jueves 28 y señala que el derecho a un medio ambiente sano está relacionado con el derecho internacional existente, y afirma que su promoción requiere la plena aplicación de los acuerdos ambientales multilaterales.
También reconoce que el impacto del cambio climático, la gestión y el uso insostenibles de los recursos naturales, la contaminación del aire, la tierra y el agua, la gestión inadecuada de los productos químicos y los residuos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad interfieren en el disfrute de ese derecho.
Agrega que los daños ambientales tienen implicaciones negativas, tanto directas como indirectas, para el disfrute efectivo de todos los derechos humanos.
El texto, presentado originalmente por Costa Rica, Eslovenia, Maldivas, Marruecos y Suiza el pasado junio, y copatrocinado luego por más de 100 países, recibió el 28 de julio 161 votos a favor y ninguno en contra, aunque ocho estados se abstuvieron: Bielorrusia, Camboya, China, Etiopía, Irán, Kirguistán, Rusia y Siria.
“Esta resolución transmite el mensaje de que nadie puede quitarnos la naturaleza, ni el aire limpio, ni el agua limpia, ni privarnos de un clima estable. Al menos no sin luchar por ello”: Inger Andersen.
Al congratularse por la adopción de esta “resolución histórica”, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que “este hito demuestra que los Estados miembros pueden unirse en la lucha colectiva contra la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”.
La resolución “ayudará a reducir injusticias medioambientales, a cerrar brechas de protección y a empoderar a las personas, especialmente a las que están en situaciones vulnerables, como los defensores de los derechos ambientales, los niños, los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas”, según el secretario general.
Sin embargo, Guterres agregó que la adopción de la resolución “es sólo el principio”, e instó a las naciones a hacer de este derecho recién reconocido “una realidad para todos, en todas partes”.
En otra declaración, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, celebró la decisión de la Asamblea y también llamó a que se tomen medidas urgentes para aplicarla.
“Es un momento histórico, pero no basta con afirmar nuestro derecho a un medio ambiente sano. La resolución de la Asamblea General es muy clara: los Estados deben cumplir sus compromisos internacionales e intensificar sus esfuerzos para hacerlo realidad”, dijo Bachelet.
Añadió que la resolución “apuntala las obligaciones legales de actuar (en favor del medio ambiente), en lugar de permitir que sea simplemente una política discrecional. También es más eficaz, legítima y sostenible».
Por su parte, el relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente, David Boyd, sostuvo que la decisión de la Asamblea cambiará la naturaleza misma del derecho internacional de los derechos humanos.
“Los gobiernos han prometido limpiar el medio ambiente y hacer frente a la emergencia climática durante décadas, pero el hecho de tener un derecho a un medio ambiente sano cambia la perspectiva de la gente, que pasa de ‘mendigar’ a exigir a los gobiernos que actúen”, expresó Boyd.
Andersen dijo que «desde su aparición en la Declaración de Estocolmo de 1972, el derecho (al ambiente limpio y saludable) se ha integrado en constituciones, leyes nacionales y acuerdos regionales. La decisión de hoy eleva el derecho al lugar que le corresponde: el reconocimiento universal”.
“Por tanto, es una victoria que debemos celebrar. Mi agradecimiento a los Estados miembros y a los miles de organizaciones de la sociedad civil y grupos de pueblos indígenas, así como a las decenas de miles de jóvenes que abogaron sin descanso por este derecho”, concluyó Andersen.
A-E/HM