NACIONES UNIDAS – Casi la tercera parte de las mujeres que viven en los países del Sur en desarrollo se convierten en madres antes de los 19 años, y casi la mitad de los primeros nacimientos de adolescentes son de niñas de 17 años o menos, mostró un nuevo estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Estas estadísticas “evidencian que el mundo le está fallando a las adolescentes. Los embarazos repetidos en ellas son una clara señal de que esas chicas necesitan información y servicios de salud sexual y reproductiva desesperadamente”, dijo Natalia Kanem, directora ejecutiva de Unfpa.
El estudio citó por ejemplo el caso de Keya (nombre supuesto), una chica de 14 años que vive con su esposo y su hijo de dos meses en un barrio urbano de Bangladesh. La pareja quiso casarse cuando ella tenía 13, contra los deseos de sus padres.
“Perdí mucha sangre durante el parto porque no me salió la placenta. Me enviaron al hospital con la ambulancia: nadie me había hablado de los riesgos de ser una madre joven”, deploró Keya.
Otro caso es el de Janet, de 15 años, quien vive con su novio, su hijo de seis meses y sus suegros en un barrio turbulento de una gran ciudad de Colombia. Conoció a su novio en la escuela, se enamoró y quedó embarazada.
“No quería tener un hijo, pero sucedió de todos modos. Ahora uso un implante anticonceptivo: es fácil de conseguir y funciona bien para mí. No sé por qué más chicas no lo usan. Casi todas mis amigas son madres”, dice la joven, de vuelta a la escuela y a un grupo de madres que recibe orientación sobre nutrición y salud.
“El mundo le está fallando a las adolescentes. Los embarazos repetidos en ellas son una clara señal de que esas chicas necesitan información y servicios de salud sexual y reproductiva desesperadamente”: Natalia Kanem.
América Latina y el Caribe es la región con la más alta proporción de nacimientos de madres adolescentes, con 18% del total mundial de esos partos, según el informe del Unfpa “Motherhood in Childhood: The Untold Story (Maternidad en la infancia: la historia no contada)”.
El estudio revela que, de acuerdo con los datos del periodo 2015-2019, aunque la fecundidad mundial ha disminuido, las mujeres que comenzaron a tener hijos en la adolescencia tuvieron casi cinco nacimientos al llegar a los 40 años.
Explica que, una vez que han tenido un primer hijo en la adolescencia, las jovencitas tienden a seguir embarazándose.
El informe detalla que casi 75 % de las niñas con un primer parto a los 14 años o menos tiene un segundo alumbramiento en la adolescencia, y agrega que 40 % de las que tienen dos partos tienen un tercer hijo antes de salir de la adolescencia.
La mayoría de los partos de niñas menores de 18 años en 54 países en desarrollo tienen lugar dentro de un matrimonio o unión.
Pero incluso en contextos donde la maternidad adolescente se considera aceptable y planificada, puede tener repercusiones graves y a largo plazo, especialmente cuando los sistemas de atención de la salud no garantizan atención e información sexual y reproductiva accesibles para este grupo de edad vulnerable.
América Latina y el Caribe y los países de renta media de Europa han registrado los mayores aumentos de madres adolescentes. En cambio, las naciones del norte de África y de Asia occidental han registrado el declive más pronunciado, para abarcar en la actualidad seis por ciento del total.
Siete naciones destacan por haber documentado al menos 20 % de todos los partos de adolescentes en los últimos años: Bangladesh, Colombia, El Salvador, Etiopía, Gabón, Nepal y República Dominicana. Esos alumbramientos fueron de mujeres que hoy tienen una media de 40 años.
Las desigualdades de género y de ingresos son claves para impulsar los embarazos adolescentes, al aumentar las tasas de matrimonio infantil, mantener a las niñas fuera de la escuela, restringir sus aspiraciones profesionales y limitar la atención médica y la información sobre sexo seguro y consensuado.
Afianzando esas desigualdades están los desastres climáticos, la covid-19 y los conflictos armados, que están trastocando vidas en todo el mundo, destruyendo los medios de subsistencia y dificultando que las niñas puedan pagar o incluso llegar físicamente a la escuela y a los servicios de salud.
El Unfpa subraya que las complicaciones del parto son una de las principales causas de muerte y lesiones entre las adolescentes, y que ser madre adolescente puede dar lugar a otras violaciones de derechos humanos y a consecuencias sociales graves, como el matrimonio infantil, la violencia de pareja y problemas de salud mental.
Remediar ese fenómeno, que desafortunadamente disminuye a un ritmo que alcanza apenas tres puntos porcentuales por década, requiere inversiones por parte de los gobiernos, para ampliar las oportunidades, educación y capacidades de las adolescentes y evitar así embarazos precoces no deseados, según el Fondo.
“Cuando las niñas puedan trazar el curso de su vida, la maternidad en la infancia se volverá cada vez más rara”, afirmó Kanem.
A-E/HM