Ruperto Hernández, de 72 años, termina de preparar el abono orgánico sólido conocido como bocachi, con el cual él y otras familias beneficiarias de un programa impulsado por FAO en El Salvador fertilizan sus cultivos, en el cantón San Sebastián Arriba, del municipio de Santiago Nonualco, en el centro de El Salvador. Foto: Gabriela Carranza / IPS

Ruperto Hernández, de 72 años, termina de preparar el abono orgánico sólido conocido como bocachi, con el cual él y otras familias beneficiarias de un programa impulsado por FAO en El Salvador fertilizan sus cultivos, en el cantón San Sebastián Arriba, del municipio de Santiago Nonualco, en el centro de El Salvador. Foto: Gabriela Carranza / IPS

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