NACIONES UNIDAS – La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no ha ayudado a resolver algunas de las guerras civiles y los conflictos militares que existen en el mundo desde hace tiempo, como Palestina, Afganistán, Yemen, Sáhara Occidental, Myanmar, Siria y, desde febrero, Ucrania. Así lo criticó con razón el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, durante su discurso ante el Consejo de Seguridad en abril.
«¿Dónde está la paz para la que se crearon las Naciones Unidas?» y «¿dónde está la seguridad que el Consejo de Seguridad debía garantizar?», inquirió el 5 de abril, durante una conmovedora y dura participación por videoconferencia en una sesión del máximo órgano político de la ONU. «Si no (hacen su papel), la siguiente opción es que se disuelvan», sentenció.
La ONU también ha permanecido impotente -con un Consejo de Seguridad dividido y prácticamente paralizado- en otro problema político de larga duración: la amenaza nuclear de Corea del Norte, donde una resolución del Consejo de Seguridad para imponer sanciones adicionales a ese país fue vetada el 27 de mayo por China y Rusia, aunque obtuvo los 13 votos restantes del directorio político del foro mundial.
Sin embargo, la disminución del papel de la ONU en la geopolítica se ha visto compensada por su actuación cada vez más importante como organización de ayuda humanitaria masiva.
Estos esfuerzos están dirigidos por múltiples agencias de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre otras.
Estos organismos, que han salvado millones de vidas, siguen proporcionando alimentos, atención médica y refugio a las personas atrapadas en países devastados por la guerra, sobre todo en Asia, África y Medio Oriente, y siguen los pasos de organizaciones internacionales de asistencia, como Médicos sin Fronteras, Save the Children, el Comité Internacional de la Cruz Roja, Care International, Acción contra el Hambre, World Vision y Socorro sin Fronteras, entre otras.
Hacia una Naciones Unidas Sin Fronteras
El creciente papel de la ONU en las labores de ayuda humanitaria podría hacer que el organismo mundial recibiera una nueva denominación: Naciones Unidas Sin Fronteras.
Además de la asistencia humanitaria, el organismo mundial también supervisa a cerca de 90 000 soldados, sus famosos cascos azules, en más de 12 operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU y varias misiones de observación, sobre todo en situaciones posteriores a los conflictos, «ayudando a los países a recorrer el difícil camino del conflicto a la paz».
En una entrevista en mayo con la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, la periodista Anne McElvoy, del podcast «The Economist Asks«, le preguntó sobre este cambio.
«La ONU se está convirtiendo en una gigantesca organización de ayuda humanitaria», se está retirando de la geopolítica a gran escala simplemente porque esta fórmula de la ONU, su formato y la forma en que funcionan sus controles y equilibrios, no son lo suficientemente eficaces en el mundo actual, argumentó McElvoy antes de pedir “¿qué opina?” a Thomas-Greenfield.
Justificando la existencia de la ONU como organismo político, la representante estadounidense respondió: «La ONU es lo que tenemos, y todos somos miembros y tenemos que trabajar cada día para asegurar que esta organización funcione y que proporcione la plataforma para acabar con los conflictos. Es el único lugar donde podemos sentarnos todos juntos a la mesa».
También afirmó: «La ONU es el único lugar donde podemos debatir sobre la paz y la seguridad. Y es responsabilidad de la ONU trabajar para prevenir el flagelo de la guerra. Para eso fue creada. Por lo tanto, no hemos renunciado a la organización. No hemos renunciado a los objetivos de la organización”.
En mayo, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, detalló que el año pasado su agencia para las emergencias, el Programa Mundial de Alimentos, ha alimentado a unos 130 millones de personas, la mayoría en zonas de conflicto. Este año, se espera que esa cifra aumente a unos 150 millones.
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En las sesiones informativas diarias, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ofrece habitualmente una lista de la ayuda humanitaria proporcionada por los organismos de la ONU en todo el mundo, especialmente en las zonas de conflicto.
Hasta el 26 de mayo, destacó que las Naciones Unidas y más de 260 de sus socios humanitarios en Ucrania han prestado asistencia a 7,6 millones de personas. La ayuda en efectivo también sigue aumentando, con 1,1 millones de personas más en mayo.
Entre marzo y mayo, un total de 1,5 millones de personas han recibido ayuda en efectivo y apoyo sanitario, mientras que alrededor de 352 000 personas han recibido agua potable y productos de higiene.
“También hemos llegado a casi 430 000 personas con servicios de protección, apoyo psicosocial y servicios jurídicos críticos, incluido el apoyo a los desplazados internos», añadió Dujarric.
En el Cuerno de África, la ONU y sus socios han proporcionado alimentos a unos 4,9 millones de personas, mientras que más de dos millones de cabezas de ganado han sido tratadas o vacunadas, y más de 3,3 millones de personas han recibido asistencia en materia de agua.
En la República Democrática del Congo, la ONU y sus oenegés asociadas han empezado a distribuir ayuda a miles de personas en el territorio de Nyiragongo, incluyendo alimentos a unas 35 000 personas, agua y medicamentos a al menos 10 000 personas.
Desde enero de 2021, la ONU también ha prestado asistencia crítica a cerca de 1,1 millones de personas afectadas por la sequía en la región del Gran Sur de Madagascar, lo que ha desempeñado un papel fundamental para evitar el riesgo de hambruna en ese país insular de África oriental.
Esto ha sido posible gracias a la generosidad de los donantes, que aportaron 196 millones de dólares de los 231 millones necesarios para la respuesta a la sequía del Gran Sur, entre enero del año pasado y mayo de este año.
¿Solo organización de ayuda masiva?
En un artículo de opinión para IPS, Alon Ben-Meir, profesor jubilado de relaciones internacionales en el Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York, analizó que la ONU se ha rezagado mucho en su propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales, pero mientras tanto, a lo largo de los años, ha establecido muchas agencias que proporcionan una importante ayuda humanitaria en muchos escenarios y territorios.
Entre las agencias más importantes en la tarea están la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el PMA, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la OMS, Acnur y ONU Mujeres, escribió.
“En este sentido, la ONU se ha convertido en una organización de ayuda masiva», sentenció Ben-Meir.
Kul Gautam, ex secretario general adjunto de la ONU y ex director ejecutivo de Unicef, dijo a IPS que el sistema de la ONU no ha sido tan eficaz como sus fundadores esperaban en la prevención de guerras y el mantenimiento de la paz y la seguridad.
También ha sido menos eficaz de lo que muchos países en desarrollo esperaban para ayudarles a afrontar los retos del desarrollo económico y el progreso social.
Por lo tanto, su salvación ha sido en gran medida el ámbito de la ayuda humanitaria y la rehabilitación, adujo, un área que ahora está muy poblada por las agencias de la ONU, las oenegés y las organizaciones de beneficencia de diferentes confesiones religiosas.
No se trata de subestimar el valor de la respuesta humanitaria de la ONU, reconoció Gautam, ya que el mundo actual se enfrenta a un número sin precedentes de refugiados, personas desplazadas, víctimas de catástrofes naturales o provocadas por el hombre y nuevas formas de violencia contra las mujeres, los niños y otros grupos vulnerables.
“Pero como las guerras modernas, los conflictos violentos, las pandemias y las crisis medioambientales cada vez más peligrosas ya no pueden contenerse dentro de las fronteras nacionales, sino que requieren una acción multilateral concertada, la necesidad de una ONU más fuerte y eficaz es hoy más urgente que nunca”, dijo el autor de varios libros sobre los entresijos de la ONU.
Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que las actividades humanitarias de la ONU son esenciales y que es en ellas donde el organismo mundial tiene el impacto más inmediato.
En el ámbito de la paz y la seguridad no hay que olvidar que la ONU se creó como una herramienta de sus Estados miembros, planteó.
“La soberanía de los Estados es el principio más glorificado de la ONU. La ONU no tiene una autoridad independiente ni medios para hacerla cumplir. Incluso si la tuviera, es difícil imaginar cómo podría interferir en un conflicto que implique a una de las grandes potencias”, afirmó Bummel.
A su juicio, la ONU no fue pensada para hacer la guerra a ninguna de esas potencias, argumentó. “Por eso se creó el derecho de veto. Sin embargo, el veto se está utilizando indebidamente con fines políticos. Esto no está en consonancia con el propósito de la ONU y el espíritu de su Carta», declaró.
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