WASHINGTON – La economía del mundo está entrando en lo que puede ser un período prolongado de estanflación (escaso crecimiento y elevada inflación), advirtió el informe de perspectivas publicado este martes 7 por el Banco Mundial.
David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, dijo al presentar el informe que “la guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países será difícil evitar la recesión”.
Se prevé que el crecimiento económico mundial descienda, de 5,7 % en 2021 a 2,9 % en 2022, un porcentaje considerablemente menor que el 4,1 % anticipado en enero, y posiblemente oscile a ese ritmo en el período 2023-2024.
El avance moderado se verá a medida que la guerra en Ucrania afecte la actividad, la inversión y el comercio en el corto plazo; la demanda reprimida se disipe, y vayan eliminándose las políticas monetarias y fiscales acomodaticias, según el banco.
Como resultado de los daños derivados de la pandemia y la guerra, este año, el nivel de ingreso per cápita de las economías en desarrollo se ubicará casi cinco por ciento por debajo de su tendencia previa a la pandemia.
Malpass dijo que “los mercados están expectantes, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar las restricciones comerciales. Se requieren cambios en las políticas fiscales, monetarias, climáticas y de endeudamiento, para contrarrestar la asignación inadecuada de capital y la desigualdad”.
Al desglosar las perspectivas por regiones, el informe pronostica que en América Latina y el Caribe el crecimiento se desacelerará, a 2,5 % en 2022 y 1,9 % en 2023.
Los precios de las principales exportaciones de la región serán sustancialmente más altos en 2022, pero los beneficios para el crecimiento se verán limitados por una respuesta lenta de la producción de algunos productos básicos y por el aumento de los costos de los insumos, incluidos la energía y los fertilizantes.
“La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países será difícil evitar la recesión”: David Malpass.
Las políticas fiscales y monetarias se basarán ampliamente en el crecimiento a corto plazo, a medida que las autoridades monetarias restringen las políticas para combatir la inflación y continúa la retirada del apoyo fiscal relacionado con la pandemia.
Se proyecta que la economía de Brasil crecerá 1,5 % en 2022 (y solo 0,8 % en 2023) y se espera que el sólido comienzo del año se disipe debido a la inflación de dos dígitos y al estancamiento de la inversión.
La economía de México se expandirá 1,7 % en 2022 y 1,9 % en 2023, a medida que repercutan las políticas monetarias más restrictivas, la alta inflación, la incertidumbre política y la desaceleración del crecimiento de Estados Unidos.
Argentina crecerá 4,5 % en 2022, pero con la aceleración de la inflación, la estabilidad macroeconómica sigue siendo difícil de alcanzar, y en Chile y Colombia el crecimiento se desacelerará bruscamente a medida que la recuperación posterior a la pandemia dé lugar a un endurecimiento de las políticas.
En Perú, el aumento de la producción minera debería respaldar el crecimiento, pero la incertidumbre se hará sentir en la inversión, y se prevé que la economía de América Central se expanda 3,9 % en 2022 y 3,5 % en 2023.
Esa desaceleración moderada se compagina con la actividad de Estados Unidos, fuente principal de demanda de exportaciones y de remesas en la subregión.
Y el crecimiento en el Caribe se proyecta en 6,9 % en 2022 y 6,5 % en 2023, favorecido por la recuperación del turismo.
El Banco Mundial advirtió que en la actualidad no publica información sobre producción económica, ingresos ni crecimiento de Venezuela –ni de Turkmenistán en Asia- debido a la falta de datos confiables de calidad adecuada.
Para otras regiones del mundo, el banco proyecta un crecimiento –desacelerado- de 4,4 % en Asia y el Pacífico para 2022, una contracción de 2,9 % en Europa y Asia central, crecimiento desacelerado de 6,8 % en Asia meridional, de 3,7 % en África subsahariana, y uno mejor, de 5,3 %, en el Medio Oriente y norte de África.
El análisis prevé que la inflación mundial será moderada el próximo año, pero probablemente seguirá estando por encima de las metas de inflación en muchas economías, y su posible repetición en otros años “podría traducirse en una marcada desaceleración mundial, acompañada de crisis financieras”.
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