GINEBRA – Las “ondas de choque” financieras generadas por la guerra en Ucrania pueden empujar a países del Sur a una espiral de insolvencia y recesión, y las alzas de precios a un incremento del hambre, advirtió un nuevo informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Rebeca Grynspan, secretaria general de la Unctad, observó que “muchos países en desarrollo han luchado por ganar tracción económica al salir de la recesión de la covid-19 y ahora se enfrentan a fuertes vientos en contra por la guerra”.
“Independientemente de que esto provoque o no disturbios, la ansiedad social ya se empieza a sentir. Los países en desarrollo se llevan la peor parte debido al pronunciado aumento de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes”, agregó la costarricense Grynspan al entregar el reporte en esta ciudad suiza.
La Unctad revisó a la baja su proyección de crecimiento económico mundial para 2022, de 3,6 a 2,6 %, debido a la guerra en Ucrania y a los cambios en las políticas macroeconómicas realizados por los países en los últimos meses.
Se espera una “desaceleración significativa” del crecimiento en partes de Europa Occidental y en Asia Central, del Sur y del Sudeste, mientras que Rusia, que lanzó la invasión militar sobre Ucrania, “experimentará una recesión profunda”.
La Unctad considera que la actual crisis geopolítica, la cual llega justo cuando las perturbaciones inducidas por la pandemia parecían remitir, supone “un golpe para la confianza al nivel mundial”.
El aumento de los precios de los alimentos y el combustible tendrá un efecto inmediato en las poblaciones más vulnerables en los países en desarrollo, provocando hambre y dificultades en los hogares que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos.
“Muchos países en desarrollo han luchado por ganar tracción económica al salir de la recesión de la covid-19 y ahora se enfrentan a fuertes vientos en contra por la guerra”: Rebeca Grynspan.
“El peligro para muchos de los países en desarrollo que dependen en gran medida de las importaciones de alimentos y combustibles es más profundo, ya que los precios más altos amenazan los medios de vida, desalientan la inversión y anticipan un aumento de los déficits comerciales”, advirtió el informe.
Es probable que la guerra en curso refuerce la tendencia a ajustes de política monetaria en los países avanzados, tras las medidas similares que comenzaron a finales de 2021 en varios países en desarrollo debido a las presiones inflacionarias, y también se prevén recortes de gastos en los próximos presupuestos.
A la Unctad le preocupa que se generen “ondas de choque” financieras que empujen a algunos países del Sur en desarrollo a “una espiral de insolvencia, recesión y detención del desarrollo”.
Ello por la combinación de debilitamiento de la demanda mundial, insuficiente coordinación de las políticas a nivel internacional y elevados niveles de deuda derivados de la pandemia.
La Unctad proyecta que los países en desarrollo requerirán 310 000 millones de dólares para cubrir en 2022 sus obligaciones de servicio de la deuda pública externa. Esa deuda, para los países de ingreso bajo y mediano, fue estimada el año pasado por el Banco Mundial en 8,7 billones (millones de millones) de dólares.
Problemas que parecieron haber retrocedido durante la pandemia, como el elevado apalancamiento de las empresas y el aumento de la deuda de los hogares en los países en desarrollo de renta media, resurgirán a medida que se endurezcan las políticas macroeconómicas.
Y las interrupciones del comercio y los efectos de las sanciones –como las impuestas sobre Rusia por países de Europa y América del Norte- pueden tener un impacto negativo sobre la inversión a largo plazo.
El informe añade que las incertidumbres generadas por la guerra en los principales mercados internacionales son cada día más preocupantes: flujos de capital volátiles, inestabilidad de los tipos de cambio y aumento de los costes de los préstamos, en particular para los países menos adelantados y los de renta media.
Entre los países vulnerables a una parada repentina, al combinarse grandes presiones de refinanciación y altos ratios entre el servicio de la deuda y las exportaciones, se encuentran Angola, Egipto, Mongolia, Sri Lanka y Pakistán.
La Unctad recomienda, entre otras medidas, un mayor apoyo financiero multilateral, más concesional y menos condicionado, para que los países en desarrollo puedan resistir los choques financieros y económicos y aumentar la inversión para apoyar el crecimiento económico.
Con “medidas de emergencia” deberían entrar en escena el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, concluyó Grynspan.
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