El baile del cambio climático: Negar, demorar y no hacer nada

Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.

Con el cambio climático convirtiéndose en un tema polémico que contribuye a la parálisis política, pocos gobiernos electos pueden adoptar la legislación necesaria e implementar las acciones pertinentes para abordar el cambio climático. Foto: Bigstock

PORTLAND, Estados Unidos- Mientras que hace más de medio siglo el Twist era la moda en las pistas de baile de todo el mundo, hoy el Baile del Cambio Climático es la moda en los salones gubernamentales y los sitios de conferencias de todo el mundo, ya que los funcionarios bailan en torno a los peligros del cambio climático.

El primer paso del baile es una maniobra sencilla: negarlo. Con los pies firmes en el piso, descarte con confianza cualquier consenso científico sobre el cambio climático y el calentamiento global, incluso si es causado por actividades humanas. Niegue que el cambio climático sea una amenaza para la humanidad y la salud del planeta durante el mayor tiempo posible (Tabla 1).

 


Tabla 1. Pasos Básicos del Baile del Cambio Climático

  1. NEGAR: Con los pies firmes en el piso el mayor tiempo posible
  2. DEMORAR: Con el cuerpo balanceándose de izquierda a derecha el mayor tiempo posible
  3. NO HACER NADA: Permanecer quieto sin moverse el mayor tiempo posible Fuente: Composición del autor

El segundo paso en el Baile del Cambio Climático, que es muy popular y fácil de hacer, es la demora. Con el cuerpo balanceándose suavemente de izquierda a derecha, enfatice que las verdaderas respuestas a los problemas ambientales son el crecimiento económico, las tecnologías avanzadas y el ingenio humano, todo lo cual requerirá algo de tiempo y recursos.

Inclínese hacia adelante proponiendo la creación de comisiones para producir informes técnicos extensos y continúe demorando el mayor tiempo posible.

El tercer y último paso del Baile, que debe realizarse sin esfuerzo y sin movimiento, es no hacer nada. Simplemente quédese quieto, no de ningún paso adelante y deje que el tiempo pase lentamente como un vals el mayor tiempo posible. Es probable que el cambio climático pronto se olvide, desplazado por algo más inmediato, como los precios de la gasolina, un escándalo sexual o una invasión militar.

La creciente evidencia científica, incluido el reciente Sexto Informe de Evaluación del Grupo Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC), indica que el calentamiento global está redefiniendo el mundo de forma más rápida y severa de lo que se sabía hace varios años. Sin embargo, los gobiernos, especialmente los grandes emisores de gases de efecto invernadero, siguen al compás del baile del cambio climático.

Los diez principales emisores de gases de efecto invernadero representan dos tercios de las emisiones de CO2 del mundo. Lejos en primer lugar está China, que es responsable de aproximadamente 30 % de las emisiones de CO2 del mundo. En un distante segundo lugar se encuentra Estados Unidos con 4 %, seguido de India con 7 % y Rusia con 5 % (Imagen 1).

Porcentaje de emisiones mundiales de CO2 de los 10 mayores países en 2020. Fuente: Statista

Los científicos ambientales, los naturalistas y los ciudadanos interesados, incluidos los jóvenes activistas, en todo el mundo han advertido que el cambio climático inducido por el hombre está provocando una perturbación peligrosa y generalizada en la naturaleza y afectando la vida de miles de millones de personas, por lo que piden que se tomen las medidas necesarias.

Se prevé que los ecosistemas y las poblaciones menos capaces de hacer frente sean los más afectados por las consecuencias del cambio climático.

Asimismo, miles de científicos han advertido a los gobiernos que la futura habitabilidad del planeta tierra depende de acciones inmediatas y a gran escala en no menos de seis áreas críticas e interrelacionadas: energía, contaminantes de corta duración, naturaleza, alimentación, economía y población.

El autor, Joseph Chamie
El autor, Joseph Chamie

Sus acciones recomendadas incluyen limitar la quema de combustibles fósiles, restaurar ecosistemas, pasar a dietas basadas en vegetales, reducir el consumo o el decrecimiento y estabilizar la población mundial.

Sin embargo, la mayoría de las acciones recomendadas son poco atractivas para los gobiernos y sus electores. La transición de la quema de combustibles fósiles a la energía renovable, por ejemplo, se considera una tarea difícil. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen en general de la energía, la agricultura, la industria y los desechos, con casi tres cuartas partes del consumo de energía.

Las alternativas a los combustibles fósiles no están fácilmente disponibles para satisfacer la creciente demanda mundial de electricidad. Los combustibles fósiles representan alrededor de dos tercios de la generación de electricidad mundial, y el carbón, el gas natural y el petróleo contribuyen con 38, 28 y 3 %, respectivamente, frente a las energías renovables que contribuyen con 9 %.

Recientemente se han logrado algunos avances al pasar de la carne a una dieta basada en vegetales. Sin embargo, no es probable que la mayoría de las poblaciones acepten reducir el consumo o reducir la economía en el corto plazo.

Además, los intentos de estabilizar las poblaciones son un anatema para la mayoría de los gobiernos, empresas y muchos otros. Consideran que el crecimiento demográfico es esencial para el crecimiento económico, el poder político y la identidad nacional. En consecuencia, en lugar de una estabilización, se espera que la población mundial aumente de los 8000 millones actuales a 10 000 millones hacia mediados de siglo.

Cuando se enfrentan a la abrumadora evidencia del cambio climático, los gobiernos que tienen un gran impacto en el calentamiento global se deslizan hacia el paso de demora del Baile. Como se vio en la decepcionante 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobre el cambio climático de Glasgow, en noviembre pasado, muchos países simplemente no están preparados para asumir compromisos firmes sobre las acciones necesarias con calendarios.

Una razón importante por la que muchos gobiernos realizan el Baile del Cambio Climático es la demanda de electricidad y la dependencia de las centrales eléctricas de carbón para satisfacer esa creciente demanda. Los cuatro países principales, a saber, China, India, Estados Unidos y Japón, fueron responsables de 76 % de la electricidad a carbón del mundo en 2020 (Imagen 2).

Porcentaje de electricidad mundial a carbón producida por los diez países principales en 2020. Fuente: Ember

Con sus 1110 centrales eléctricas de carbón, China por sí sola representó aproximadamente el 53 % de la electricidad de carbón del mundo en 2020 y esas centrales eléctricas proporcionaron el 61 % de la electricidad de China. Después de China, pero en un nivel considerablemente más bajo, está India, que es responsable del 14 % de la electricidad a carbón del mundo y sus centrales eléctricas a carbón proporcionan el 71 % de la electricidad de India.

En tercer y cuarto lugar están Estados Unidos y Japón, que representaron el 11 y el 9 por ciento, respectivamente, de la electricidad a carbón del mundo en 2020. Sin embargo, a diferencia de China e India, las contribuciones de las centrales eléctricas de carbón al consumo doméstico de electricidad en EE. UU. y Japón es sustancialmente menor, 19 y 29 %, respectivamente.

Otra razón importante por la que algunos gobiernos continúan haciendo el Baile es porque el cambio climático se ha convertido en un tema muy partidista. Con el cambio climático convirtiéndose en un tema polémico que contribuye a la parálisis política, pocos gobiernos electos pueden adoptar la legislación necesaria e implementar las acciones pertinentes para abordar el cambio climático.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

En Estados Unidos, por ejemplo, 139 funcionarios electos en el Congreso número 117 continúan negando el consenso científico sobre el cambio climático causado por el hombre. Además, los votantes demócratas y republicanos en este país están muy separados en sus puntos de vista sobre el cambio climático.

Mientras que 78 % de los demócratas dijo que el cambio climático debería ser una prioridad principal en 2020, solo 21 % de los republicanos estuvo de acuerdo. Además, la brecha entre ellos se ha ampliado en los últimos años, con proporciones cada vez mayores de demócratas que dicen que el cambio climático debería ser una prioridad máxima (Imagen 3).

Porcentaje de adultos estadounidenses que dicen que el cambio climático debería ser una prioridad máxima para el partido político durante 2015-2020. Fuente: Centro de Investigación Pew

Ante la evidencia científica inequívoca sobre el cambio climático y la falta de acciones necesarias, algunos observadores, organizaciones y fondos han incrementado sus esfuerzos para instar a los gobiernos a adoptar las políticas de cambio climático necesarias. Sin embargo, otros, incluidos muchos estudiantes, están increíblemente preocupados por los años de promesas vacías de los líderes políticos y son pesimistas sobre las perspectivas para el futuro.

Señalan que hace un cuarto de siglo, cuando la población mundial era de casi 6 mil millones, los líderes gubernamentales se reunieron en Kioto, Japón, y acordaron reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hace siete años, cuando la población mundial había llegado a más de 7000 millones, los gobiernos adoptaron la visión del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en 1,5 grados. Y hoy, con una población mundial de 8 mil millones, que se espera que alcance los 9000 millones en 15 años, pocas naciones están cumpliendo con sus compromisos.

Además, otros se han vuelto fatalistas sobre el calentamiento global al ser testigos de una ventana que se cierra rápidamente para asegurar un futuro habitable mientras los gobiernos siguen al compás del baile del cambio climático. Los estudios científicos adicionales, creen, harán poca diferencia en los resultados casi seguros. Están convencidos de que los gobiernos no podrán limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Con un lenguaje directo y claro, muchos simplemente han concluido: “estamos jodidos”.

En resumen, ya sea que uno sea optimista, pesimista, fatalista o indiferente con respecto al cambio climático y las respuestas de los gobiernos, tres conclusiones parecen justificadas.

Primero, la evidencia científica ampliamente reportada y los hallazgos de los informes publicados sobre el cambio climático inducido por el hombre y sus efectos de gran alcance en todo el mundo son claros, inequívocos, indiscutibles y angustiantes.

En segundo lugar, los países seguirán experimentando las consecuencias del cambio climático con graves perturbaciones en el medio ambiente natural del planeta y graves efectos adversos en las poblaciones humanas, incluidas inundaciones, sequías, olas de calor, escasez de agua y alimentos, calentamiento de los océanos, tormentas, aumento del nivel del mar, incendios forestales y derretimiento de glaciares y casquetes polares.

En tercer lugar, hasta que los gobiernos se comprometan plenamente a tomar las medidas necesarias para abordar el cambio climático, lo que no parece probable en el corto plazo, los funcionarios gubernamentales seguirán con el Baile del Cambio Climático, es decir, negar, demorar y no hacer nada.

Joseph Chamie es demógrafo consultor, ex director de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro reciente, “Nacimientos, fallecimientos, migraciones y otros asuntos importantes de población”.

T: MLM / ED: EG

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