La inversión extranjera se recupera de forma desigual

Puente en la carretera de Makhothai, en Lesotho. El sector de infraestructura se mostró vigoroso al recuperarse la inversión extranjera directa el año pasado, aunque las inversiones relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los países en desarrollo se mantienen muy débiles. Foto: BM
Puente en la carretera de Makhothai, en Lesotho. El sector de infraestructura se mostró vigoroso al recuperarse la inversión extranjera directa el año pasado, aunque las inversiones relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los países en desarrollo se mantienen muy débiles. Foto: BM

GINEBRA – Los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) crecieron 77 %, al pasar de 929 000 millones de dólares en 2020 a 1,65 billones (millones de millones) en 2021, aunque con marcadas desigualdades, reportó este jueves 20 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

“La recuperación de los flujos de inversión hacia los países en desarrollo es alentadora, pero el estancamiento de las nuevas inversiones en los países menos adelantados en industrias importantes para las capacidades productivas es un motivo importante de preocupación”, dijo Rebeca Grynspan, secretaria general de la Unctad.

Igualmente preocupa que el repunte de esas inversiones es débil “en los principales sectores para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, fijados por las Naciones Unidas para 2030), como la electricidad, los alimentos o la salud”, dijo Grynspan.

En las economías desarrolladas, la IED totalizó el año pasado 777 000 millones de dólares, el triple de 2020, al captar la mayor parte del incremento, pues del aumento global de IED entre un año y otro, de 718 000 millones de dólares, más de 500 000 millones fluyeron hacia esas economías.

En Estados Unidos, por ejemplo, esas inversiones se duplicaron, y el aumento se debió en su totalidad a un aumento en las fusiones y adquisiciones transfronterizas, según el informe divulgado por la Unctad en su sede en esta ciudad suiza.

Las entradas de IED en las economías en desarrollo aumentaron 30 %, a casi 870 000 millones de dólares, con una aceleración del crecimiento en Asia oriental y sudoriental (+20 %), una recuperación a niveles cercanos a los anteriores a la pandemia en América Latina y el Caribe, y un repunte en Asia occidental.

Las entradas en África también aumentaron. La mayoría de los receptores en todo el continente experimentaron un aumento moderado de la IED. El total de la región se duplicó con creces, inflado por una sola transacción financiera intraempresarial en Sudáfrica en la segunda mitad de 2021.

El informe indica que la confianza de los inversores es fuerte en los sectores de infraestructura, por las condiciones favorables de financiación a largo plazo, los paquetes de estímulo a la recuperación y los programas de inversión en el extranjero.

Los acuerdos internacionales de financiación de proyectos aumentaron 53 % en número y 91 % en valor, con alzas considerables en la mayoría de las regiones de altos ingresos, y en Asia y América Latina y el Caribe.

Por el contrario, la confianza de los inversores en la industria y en las cadenas de valor mundiales sigue siendo débil. Los anuncios de proyectos de inversión en nuevas instalaciones fueron prácticamente planos (- 1 % en número y apenas siete por ciento en valor).

El número de nuevos proyectos en las cadenas de valor globales de industrias intensivas como la electrónica, disminuyó aún más.

En otras tendencias sectoriales, la inversión en nuevas instalaciones sigue siendo 30 % inferior a los niveles anteriores a la pandemia, en promedio, en todos los sectores industriales.

Sólo el sector de la información y la comunicación (digital) se ha recuperado por completo.

Al examinar algunas economías referenciales, el informe indicó que China registró un récord de 179 000 millones de dólares en entradas, impulsadas por una fuerte IED en servicios, mientras que Brasil vio duplicarse la IED a 58 000 millones de dólares desde un nivel bajo en 2020.

En el sureste asiático la IED creció 35 %, los flujos a Arabia Saudita se cuadruplicaron (hasta 23 000 millones de dólares), en India fueron 26 % más bajos y en Sudáfrica se dispararon debido al intercambio de acciones entre la multinacional sudafricana Naspers y su unidad de inversión holandesa Prosus.

Pero la recuperación de los flujos de inversión hacia sectores relevantes para los ODS en las economías en desarrollo, que sufrieron durante la pandemia descensos de dos dígitos en casi todos los sectores, sigue siendo frágil.

El valor combinado de los anuncios de inversiones en nuevas instalaciones y los acuerdos de financiación de proyectos aumentó 55 %, pero principalmente debido a un pequeño número de acuerdos muy grandes en el sector de las energías renovables.

El número de proyectos de inversión relevantes para los ODS en las economías en desarrollo aumentó solo 11 %, y en los 46 países menos adelantados la tendencia de la inversión relacionada con los ODS es menos favorable.

Para 2022, las perspectivas son optimistas, aunque de un crecimiento más moderado que en 2021 de las IED, y la Unctad advierte riesgos e incertidumbre por la prolongada duración de la crisis sanitaria, el ritmo de las vacunaciones, y por cuellos de botella laborales, por los precios de la energía y las presiones inflacionarias.

A-E/HM

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