GINEBRA – Relatores de las Naciones Unidas condenaron este lunes 10 las violaciones de derechos humanos y la impunidad que privó en la prisión estadounidense de Guantánamo, en la isla de Cuba, a 20 años de la llegada de los primeros detenidos a ese enclave.
Guantánamo “es un sitio de notoriedad sin precedentes, definido por el uso sistemático de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes contra cientos de hombres llevados ahí y privados de sus derechos más fundamentales”, dijeron en su declaración los expertos en derechos humanos.
Para los especialistas, “20 años de práctica de detenciones arbitrarias sin juicio, acompañadas de tortura o malos tratos, es simplemente inaceptable para cualquier gobierno, en particular para uno que tiene el reclamo declarado de proteger los derechos humanos”.
“Como miembro recién elegido del Consejo de Derechos Humanos, los expertos piden nuevamente a Estados Unidos que cierren esta instalación y cierren este feo capítulo de implacables violaciones de los derechos humanos”, agregaron.
Los expertos independientes trabajan bajo el paraguas del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en esta ciudad suiza.
Se trata de Fionnuala Ní Aoláin, relatora especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo; Nils Melzer, sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, y Siobhán Mullally, sobre la trata de personas.
Con ellos, Morris Tidball-Binz, sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias; Tlaleng Mofookeng, sobre el derecho a la integridad física y salud mental; el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias; y el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias.
En su base naval de Guantánamo, en la isla de Cuba, el gobierno del presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) estableció en enero de 2002 un centro de detención para prisioneros acusados de terrorismo, tras la invasión de Afganistán, que siguió a los atentados en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.
Estados Unidos encarceló a un total de 780 hombres musulmanes en Guantánamo, con 39 que aún permanecen detenidos sin cargo y sin juicio. Muchos fueron liberados y al menos nueve murieron en la prisión, de ellos siete por suicidio.
Además de señalar a Guantánamo como centro de torturas y otras violaciones de derechos, los relatores dijeron que es un símbolo de la falta sistemática de rendición de cuentas, así como de la impunidad de la que gozan los responsables.
“Cuando un Estado no responsabiliza a quienes han autorizado y practicado la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, envía una señal de complacencia y aquiescencia al mundo”, declararon los expertos en su comunicado.
Una vez más, los relatores pidieron al gobierno estadounidense que cierre el centro carcelario, regrese a los detenidos a sus hogares o a terceros países seguros respetando el principio de no devolución, y brinde remedio y reparación a quienes hayan sido torturados y detenidos arbitrariamente por sus agentes.
También, que obligue a que los responsables de los actos de tortura rindan cuentas en línea con las leyes internacionales de derechos humanos.
Expresaron especial preocupación por la población carcelaria enferma y envejecida que ha sufrido atropellos durante todo este tiempo, y repudiaron la falta de asistencia médica adecuada, así como la inexistencia de rehabilitación por tortura a la que obliga el derecho internacional.
También denunciaron los procedimientos previos al juicio que realizan las comisiones militares para eliminar las pruebas de tortura y remarcaron la necesidad de transparencia e imparcialidad en los procesos.
Acentuaron las fallas del sistema judicial de Estados Unidos para proteger los derechos humanos y defender el estado de derecho, que dan lugar con su apoyo a un limbo legal en Guantánamo.
Para concluir, los expertos encomiaron la valiente y ardua labor de los abogados defensores que han luchado para proteger el estado de derecho y que han revelado las violaciones de los derechos humanos por parte de las comisiones militares.
Recientemente, Ned Price, portavoz del Departamento de Estado (cancillería) en Washington, dijo que Estados Unidos mantiene el plan de cerrar esa prisión.
“Seguimos decididos a deliberar y a un proceso exhaustivo centrado en reducir de forma responsable la población de detenidos en la bahía de Guantánamo y, en última instancia, a cerrar las instalaciones”, dijo Price.
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