NACIONES UNIDAS – Campamentos de desplazados internos y refugiados por el conflicto armado en la región de Tigray, norte de Etiopía, fueron bombardeados y decenas de civiles murieron, entre ellos niños, denunció este lunes 10 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Unicef “está indignado por los recientes ataques aéreos contra campamentos para desplazados internos y refugiados en Tigray. Según los informes, los ataques del 5 y 7 de enero han dejado decenas de civiles muertos, incluidos niños, y muchos más heridos”, declaró su directora ejecutiva, Henrietta Fore.
“Esos campamentos y asentamientos, incluidas las escuelas, que acogen a niños y familias desplazadas y les brindan servicios humanitarios, son bienes de carácter civil. No respetarlos y protegerlos de los ataques puede constituir una violación del derecho internacional humanitario”, dijo Fore.
El viernes 7 el bombardeo de una escuela que acogía a refugiados en la población de Dedebit, cerca de la frontera con Eirtrea, mató a 56 personas y dejó al menos 30 heridas, según reportes concordantes.
La región de Tigray, norte etíope fronterizo con Eritrea y Sudán, es escenario de un recio enfrentamiento armado entre las fuerzas del gobierno central y las regionales del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), con dominio alterno del terreno desde que se desató la cruenta lucha en noviembre de 2020.
Incluso fuerzas de Eritrea han incursionado y combatido contra los rebeldes y en apoyo del gobierno etíope, y el FPLT, una vez que se hizo con el control de importantes ciudades en su región, incursionó en las vecinas de Amhara y Afar.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha señalado que todas las parte han cometido excesos en los combates y contra la población civil, y ha insistido en el cese de la confrontación armada y la búsqueda de acuerdos para zanjar el conflicto.
“Todas las partes del conflicto han perpetrado actos brutales de violencia, incluidas graves violaciones contra los niños, en todo el norte de Etiopía”, reiteró Fore.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, basado en Ginebra, Suiza, estableció en diciembre una comisión internacional de expertos que investigará las denuncias de abusos que se están cometiendo en Etiopía.
Por su parte, el director general de la Organización Mundial de la Salud, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en un mensaje en Twitter que “ahora más que nunca, la paz y el acceso para llevar ayuda humanitaria deben reemplazar rápidamente a la violencia, la muerte y el miedo” en la región de Tigray.
Hasta el pasado 6 de enero, “ningún camión con asistencia ha podido ingresar a Tigray desde el 15 de diciembre”, indicó el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
Para atender las necesidades humanitarias de centenares de miles de personas en la región “precisamos alrededor de 100 camiones por día” y desde el 12 de julio de 2021 habían ingresado solo 1338, menos de 12 % de los necesarios, dijo Dujarric.
El domingo 9, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que algunas agencias de ayuda estaban suspendiendo las operaciones en el área donde un ataque aéreo mortal golpeó un campamento para personas desplazadas.
“Los socios humanitarios suspendieron las actividades en el área debido a las continuas amenazas de ataques con drones”, explicó OCHA.
Aunque las agencias humanitarias mantienen el compromiso de asistir a más de dos millones de personas en la región de Tigray, y también en Afar y Amhara, están reorganizando la distribución de la ayuda y reubicando a su personal, en vista de la reciedumbre de los combates y bombardeos.
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