PARÍS – Los bancos públicos de desarrollo se han comprometido a intensificar la acción para hacer frente al cambio climático, proteger la biodiversidad, promover los derechos humanos, alinear sus inversiones con los ODS y el Acuerdo de París, y crear espacios de diálogo con la sociedad civil, los agricultores, los pueblos indígenas y las comunidades afectadas por los proyectos que ellos, como bancos, financian.
Estos buenos propósitos se han verbalizado en el bello marco de Villa Aurelia, en Roma, y se han plasmado con tinta de colores en el sitio web de la iniciativa Finanzas en Común. Pero, ¿los bancos cumplirán realmente con lo que dicen?
Más de 500 bancos públicos de desarrollo se reunieron con motivo de la Cumbre de Finanzas en Común los días 19 y 20 de octubre, justo después de la cumbre del Grupo de los 20 (G20), que acogerá Roma el 30 y el 31 de octubre, y de la 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobre cambio climático, que se inaugurará el domingo 31 en la ciudad escocesa de Glasgow y se prolongará hasta el 23 de noviembre.
Antes de la cita de Finanzas en Común, muchos grupos de la sociedad civil se movilizaron para presionar a los bancos públicos de desarrollo para que den prioridad a los intereses de las personas y no vuelvan a caer en el viejo paradigma económico del crecimiento perpetuo.
Sobre el papel, parece que todos estamos de acuerdo en que el cambio transformador hacia la sostenibilidad y la resiliencia es primordial, pero ¿tiene realmente la comunidad financiera del desarrollo lo que se necesita para cambiar el statu quo? Sabemos que nuestros actuales desafíos globales no pueden solucionarse para cuando los bancos se reúnan de nuevo el año que viene.
Sea como sea, exigimos a los bancos públicos de desarrollo que no se den palmaditas en la espalda. Ha llegado el momento de mostrar resultados. Como dijo uno de los panelistas: “el diagnóstico está ahí, los estudios están ahí, ahora lo que realmente hay que hacer es poner todo esto en acción”.
Por lo tanto, el año que viene, esperamos ver no solo los anuncios de los representantes de alto nivel con trajes grises en la sede, sino que nos encantaría escuchar a los que están sobre el terreno, cómo los proyectos les han beneficiado a ellos y a sus comunidades, y qué podemos aprender de ello para mejorar las inversiones del banco en el futuro.
Los bancos públicos de desarrollo deben crear espacios de diálogo inclusivos con la sociedad civil y los grupos que suelen estar excluidos de la mesa de decisiones. Las acciones deben ser visibles y las interacciones transparentes.
Hacer frente a los desafíos actuales requiere una acción audaz, nuevas asociaciones y una renovación de la confianza.
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Como dijo la lideresa de la sociedad civil y presidenta de Forus, Iara Pietricovsky, de Brasil, en la sesión de apertura, «el respeto a las personas y al medio ambiente no es negociable, si queremos no dejar a nadie atrás», y «nadie puede afrontar estos retos solo o desde una torre de marfil».
El año que viene, la cumbre de Finanzas en Común se celebrará en el Banco Africano de Desarrollo, y las organizaciones de la sociedad civil de la región ya tienen un mensaje que compartir.
“En el contexto africano, necesitamos que los bancos públicos de desarrollo escuchen a las comunidades e incluyan a la sociedad civil en todas las etapas del proceso de toma de decisiones», afirma Julien Comlan Agbessi, representante de Repaoc, la Red de Plataformas de ONG de África Occidental.
Representamos a miles de organizaciones de la sociedad civil que trabajan por el desarrollo. Conocen los retos y las necesidades de las comunidades, nuestra puerta está abierta para discutir las formas en las que podemos colaborar.
En su comunicado final, la coalición Finanzas en Común afirmó que en 2022 «creará un grupo de trabajo ad hoc con las OSC (organizaciones de la sociedad civil) interesadas (…) para institucionalizar el diálogo a nivel local, nacional e internacional».
Estamos dispuestos a comprometernos a partir de mañana para que este diálogo reforzado se haga realidad. Porque cada día que pasa sin reflexionar junto con la sociedad civil sobre cómo abordar los inmensos retos actuales es una oportunidad perdida para cumplir la promesa de los bancos de ofrecer, en primer lugar, a las personas y a nuestro planeta.
T: MF / ED: EG