El mundo soslaya el reto de la demencia

La demencia es una enfermedad en crecimiento en el mundo, con tratamiento costoso y que requiere de planes nacionales, hasta ahora adoptados por apenas uno de cada cuatro países, casi todos ellos de altos ingresos. Foto: P. Virot/OMS

GINEBRA – Más de 55 millones de personas padecen demencia en el mundo, pero solo una cuarta parte de los países cuenta con políticas, estrategias o planes para la atención de estos pacientes y sus familias, advirtió este jueves 2 un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“El mundo le está fallando a las personas con demencia, y eso nos perjudica a todos”, resumió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

El padecimiento afecta a 8,1 por ciento de las mujeres y 5,4 por ciento de los hombres mayores de 65 años, y está en aumento, estimándose que alcanzará a 78 millones de personas en 2030 y a 139 millones en 2050.

A pesar de tratarse de un problema sanitario alarmante, masivo y en crecimiento, solo una cuarta parte de las naciones cuenta con programas nacionales para abordarlo, y la mitad de ellos está en la región europea, señaló la OMS.

Y en la mayoría de los casos, esos planes nacionales están por expirar o ya lo han hecho, por lo que es necesario renovar los compromisos con las personas que sufren esa enfermedad mental.

“Necesitamos una acción concertada para garantizar que todas las personas con demencia puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen. La demencia roba a millones de personas sus recuerdos, su independencia y su dignidad, además de que las arrebata de sus seres queridos”, expuso Tedros.

La demencia afecta la memoria y otras funciones cognitivas, así como a la capacidad de realizar tareas cotidianas. Entre sus causas destacan enfermedades y lesiones diversas que dañan al cerebro, como el Alzheimer o la apoplejía.

El padecimiento conlleva una discapacidad cuyo costo mundial ascendió a 1,3 billones (millones de millones) de dólares en 2019 y alcanzaría hasta 2,8 billones para 2030 de acuerdo con las previsiones que toman en cuenta el aumento de los costos de la atención.

La OMS subraya la necesidad imperiosa de reforzar los servicios de atención a las personas con demencia y a quienes las cuidan. Esos servicios deben incluir atención primaria de salud, atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, cuidados de larga duración y cuidados paliativos.

El reporte indica que el nivel de prestación de servicios es mayor en los países de renta alta que en los de ingresos bajos y medios. La medicación para la demencia, los productos de higiene, las tecnologías de asistencia y las adaptaciones domésticas también son más accesibles en los países de ingresos altos.

Se constata que las personas con demencia son atendidas de manera informal por familiares, lo que representa la mitad del costo mundial por el padecimiento.

Sin embargo, en los países de renta baja y media los cuidados familiares alcanzan a 65 por ciento de los costos, y en los países ricos la asistencia social suma apenas 40 por ciento de los costos, en el mejor de los casos.

Los datos desagregados especifican que en 2019 los cuidadores pasaron una media de cinco horas al día atendiendo a la persona con demencia que cuidaban, y 70 por ciento de esos cuidados fueron proporcionados por mujeres.

En ese contexto, la OMS recalcó la urgencia de respaldo social y financiero para los cuidadores de personas con demencia, que enfrentan un enorme estrés financiero, social y psicológico.

Hasta ahora, 75 por ciento de los países reportan algún nivel de apoyo a los cuidadores, principalmente en las naciones de ingresos altos.

El informe expone que también la investigación y el desarrollo de tratamientos para la demencia son muy costosos, por lo que ese problema de salud pública se ha dejado de lado por mucho tiempo.

No obstante, países de renta alta como Canadá, Reino Unido y Estados Unidos incrementaron recientemente su financiamiento, lo que suscita cierta esperanza.

Por ejemplo, la inversión estadounidense en investigación de la enfermedad de Alzheimer pasó de 631 millones de dólares en 2015 a 2800 millones en 2020.

La OMS trabaja en un mecanismo de coordinación que ensamble los esfuerzos de investigación y estimule las nuevas iniciativas, y pidió a los investigadores que incluyan en sus estudios a las personas con demencia y a sus familiares, ya que a estos últimos, hasta ahora, rara vez se les involucra.

A-E/HM

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