GINEBRA – La Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó a los países que comienzan a aplicar en su población una tercera dosis de vacunas contra la covid-19, y pidió que en su lugar se entreguen más inmunizaciones a los países pobres.
El director de emergencias de esa agencia de las Naciones Unidas, Michael Ryan, hizo una analogía: “Vamos a dar chalecos salvavidas a los que ya tienen, mientras estamos dejando a otros ahogarse sin un solo chaleco. Esa es la realidad fundamental ética”, dijo durante una conferencia de prensa este miércoles 18.
Entre los países que iniciaron o aprobaron iniciar la aplicación de una tercera dosis de vacunas anticovid a sus habitantes están Alemania, Bahréin, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Francia, República Dominicana, Rusia y Uruguay.
Los expertos de la organización aseguran que no hay suficiente información sobre la necesidad de las dosis de refuerzo de las vacunas contra la covid, pero sí acerca de que las vacunas actuales son efectivas contra los casos graves, las hospitalizaciones y las muertes, de todas las variantes del virus, incluida la delta.
“Vamos a dar chalecos salvavidas a los que ya tienen, mientras estamos dejando a otros ahogarse sin un solo chaleco. Esa es la realidad fundamental ética”: Michael Ryan.
Soumya Swaminathan, quien lidera la respuesta científica ante la pandemia, fue tajante al aseverar que “la información que tenemos señala que las dosis de refuerzo no son necesarias de momento”, durante la rueda de prensa en la sede de la OMS en esta ciudad suiza.
La epidemióloga María van Kerkhove dijo que a la variante delta “hay que observarla en el contexto de la transmisión del virus en este momento”, porque se aprovecha de la inconsistencia del conjunto de medidas sanitarias.
“En muchos de los lugares alrededor del mundo la variante delta circula en áreas de baja cobertura vacunal y con limitadas e inconsistentes medidas sanitarias, incluso en los países que tienen un alto índice de vacunación”, sostuvo Van Kerkhove.
Añadió que “las vacunas son efectivas en evitar muertes y hospitalizaciones, así que cuando sea su turno por favor vacúnese, porque hay gente en todo el mundo que está rogando por tener esas dosis”.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó que 10 países han consumido 75 por ciento de todo el suministro mundial de vacunas, mientras los países de bajos ingresos apenas han vacunado a dos por ciento de su población.
Recodó que ya hace meses “pedí una moratoria temporal de las dosis de refuerzo para ayudar a trasladar el suministro de vacunas a los países que ni siquiera han podido inmunizar a sus trabajadores sanitarios y a las comunidades de riesgo”, que son las que ahora experimentan un mayor contagio.
La semana pasada, según dijo, la OMS reunió a 2000 expertos de todo el mundo y debatió los datos disponibles sobre las dosis de refuerzo.
“Lo que está claro es que es fundamental poner las primeras dosis de las vacunas en los brazos de quienes no las tienen y proteger a los más vulnerables antes de que se pongan las dosis de refuerzo”, afirmó.
Para el jefe de la OMS “la brecha, entre los que tienen vacunas y los que no, crecerá si los fabricantes y los dirigentes dan prioridad a las dosis de refuerzo sobre el suministro a los países de ingresos bajos y medios”.
Tedros insistió en que “el virus está evolucionando y mutando rápidamente, y a los líderes no les conviene centrarse sólo en objetivos nacionalistas estrechos cuando vivimos en un mundo interconectado”.
Se mostró sorprendido por la noticia de que las vacunas de la firma estadounidense Johnson y Johnson fabricadas en Sudáfrica dejan el continente africano y se dirigen a Europa, donde prácticamente todos los adultos han recibido las vacunas.
“Instamos a Johnson y Johnson a priorizar urgentemente la distribución de sus vacunas en África antes de considerar el suministro a los países ricos que ya tienen suficiente acceso”, dijo Tedros.
Subrayó que “la injusticia de las vacunas es una vergüenza para toda la humanidad y, si no la abordamos juntos, prolongaremos la fase aguda de esta pandemia durante años, cuando podría acabar en cuestión de meses”.
“Un liderazgo nacional fuerte sería comprometerse plenamente con la equidad de las vacunas y la solidaridad mundial, lo que frenaría las variantes y salvaría vidas”, concluyó.
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