BERLÍN – Los parques nacionales Canaima en Venezuela, Komodo en Indonesia y el área de conservación Kavango Zambeze en África están entre los sitios patrimonio de la humanidad más amenazados por la minería, el turismo y la urbanización, indicó un reporte de la red World Heritage Watch (WHW) en esta capital.
Las amenazas fueron señaladas en 49 sitios en todo el globo, según el reporte 2021 de WHW, grupo de organizaciones que hace seguimiento a los espacios declarados como patrimonio natural y cultural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El informe destaca la necesidad de vigilar ese patrimonio, en particular en los lugares más alejados de la atención turística global, tras reconocer que existe abundante vigilancia sobre emplazamientos como la Acrópolis de Atenas, el Taj Mahal en India o el monumento megalítico Stonehenge en Gran Bretaña.
Aun así, WHW criticó intervenciones como el pavimento con armaduras de hormigón que afecta la piedra original alrededor de la Acrópolis, o el túnel que se abre en una autopista cerca de los megalitos de Stonehenge.
En América Latina, el informe destaca la atención que la población indígena zapoteca presta a las “Cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla en el Valle Central de Oaxaca”, estado del sur de México, erigidas como patrimonio de la Unesco en 2010, y que requieren atención combinada de autoridades nacionales y locales.
Allí se encuentran los restos agrícolas más antiguos de América, como semillas de calabaza, y evidencias del tránsito de la vida nómada a la sedentaria con la domesticación de plantas y animales hace más de 10 000 años.
El Parque Nacional Canaima, de 30 000 kilómetros cuadrados en el sureste de Venezuela, fue declarado patrimonio de la humanidad al calificarlo la Unesco como “una de las principales maravillas de la creación, única en el mundo. Constituye uno de los territorios arcaicos mejor conservados del planeta”.
Destacan en el parque, entre sabanas y bosques, los tepuyes, montañas de techo plano y paredes verticales, y los saltos de agua, entre los cuales está la catarata más alta del mundo, de casi un kilómetro, el Salto Ángel.
Pero Canaima es un territorio asediado por la minería en busca principalmente de oro, no solo de modo abundante y predador sino también ilegal en sus fronteras y aún dentro del parque, y el reporte de WHW incluye un listado de 32 explotaciones mineras que han destrozado más de 1000 hectáreas en el interior de la reserva.
En Indonesia es el turismo, junto a la cacería y modificación de hábitats al expandirse la frontera agrícola, el foco principal de amenazas sobre paisajes y especies que la Unesco ha protegido al declararlos como patrimonio.
El Parque Nacional de Komodo , en varias islas del este del país, hogar de pueblos indígenas y reserva de biosfera según la Unesco, ofrece refugio a especies en peligro de extinción, en particular al Dragón de Komodo (Varanus komodoensis), el mayor lagarto del mundo, del que quedan apenas 3022 ejemplares en la reserva.
En las últimas dos décadas, el turismo de masas, animado por inversiones gubernamentales, y el contrabando de ciervos y otras actividades predatorias, han colocado bajo amenaza las condiciones de vida de personas, flora y fauna.
También en Indonesia, en la isla de Bali, las 19 000 hectáreas de icónicos arrozales en terrazas, sostén del sistema de espiritualidad subak, de relación de las personas con la naturaleza, soportan cambios en el paisaje al abandonar los cultivos las nuevas generaciones en favor de instalaciones de turismo, más lucrativas.
El oasis de Siwa, en el oeste de Egipto, habitado desde la Antigüedad y centro emblemático de la cultura bereber, ve cómo la arquitectura tradicional con materiales tomados de esa área de manantiales da paso a edificaciones modernas a base de hormigón y ladrillos que disminuyen la calidad de todo el entorno.
Y en el sur de África, Kavango Zambeze, el área de conservación transfronteriza más grande del mundo (520 000 kilómetros cuadrados repartidos entre Angola, Botswana, Namibia, Zambia y Zimbabwe), amparada por la Unesco como zona de paz y rica biodiversidad, está bajo la amenaza de la explotación de hidrocarburos.
La firma canadiense ReconAfrica ha obtenido licencias de Botswana y Namibia para explorar y explotar un área de 35 000 kilómetros cuadrados en busca de petróleo y gas, por 25 años prorrogables por otros 20, con una participación de 10 por ciento de la estatal Namcor, de Namibia.
En el recorrido por países del Sur, WHW encuentra amenazas en sitios patrimonio de la Unesco como Ahwar en Iraq (humedales y emplazamientos arqueológicos en el sur), en el delta del Ganges en Bangladesh, y en Koutammakou, un paisaje de 50 000 hectáreas con armonía entre viviendas y naturaleza en el norte de Togo y Benín.
El informe 2021 abarcó 20 por ciento más de sitios observados que el año pasado, lo que satisface a WHW porque muestra mayor interés en la vigilancia y cuidado por parte de organizaciones aliadas en todo el mundo, pero también le preocupa porque muestra que el riesgo para el patrimonio de la humanidad “nunca parece disminuir”.
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