Al menos 200 personas han muerto y 40 000 debieron huir de sus hogares en lo que va de año en el nordeste de la República Democrática del Congo (RDC), por ataques de las autodenominadas Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA), denunció este viernes 19 la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
“En menos de tres meses, las FDA allanaron 25 aldeas, incendiaron decenas de casas y secuestraron a más de 70 personas. Esto se suma a los 465 congoleños muertos en ataques atribuidos a ese mismo grupo durante 2020”, dijo Babar Baloch, portavoz de Acnur, en una rueda de prensa en esta ciudad suiza.
Las FDA, creadas a finales del siglo pasado por islamistas y que reivindica lazos con el autodenominado Estado Islámico, del Medio Oriente, han actuado por años en Uganda y el nordeste d la RDC, en las provincias Kivu del Norte e Ituri, que reúnen unos 11 millones de habitantes.
No es el único grupo irregular armado que actúa en la región, de la que frecuentemente deben huir comunidades enteras. A la vecina Uganda debieron pasar en 2020, en plena pandemia de covid-19, más de 45 000 personas.
En Kamyamahoro, una población cercana a Goma, la capital de Kivu del Norte, fueron asesinados el 22 de febrero el embajador de Italia en la RDC, Luca Attanasio, y un policía italiano que le acompañaba, Vittorio Iacovacci, por un grupo armado aún no precisado que al parecer intentó una operación de secuestro.
El embajador hacía parte de un convoy de las Naciones Unidas, en tareas de un programa de alimentación escolar, cuando fue atacado a media mañana en Kamyamahoro.
Las FDA son uno de los 122 grupos armados que actúan en la vasta región oriental de la RDC -el más mortífero- y que según la organización Barómetro de Seguridad de Kivu causaron la muerte de al menos 2127 civiles en el bienio 2019-2020.
Además de los cientos de asesinatos, Acnur destacó que se registran constante y sistemáticamente otras violaciones a los derechos humanos y desplazamientos masivos que exponen a la gente a enfermedades como el ébola y la covid, dada la precariedad de los asentamientos improvisados donde buscan resguardo.
La población recientemente desplazada se encuentra en condiciones extremas, sin refugio, comida, agua ni atención médica, declaró Baloch.
“En el actual contexto de ébola y covid-19, la falta de acceso a baños, agua limpia, jabón y productos de higiene es muy preocupante. Además, las familias no tienen suficientes artículos de primera necesidad como mantas, colchonetas o materiales de cocina”, apuntó el portavoz.
La mayoría de los desplazados que han huido hacia las ciudades de Oicha, Beni y Butembo, al norte de la región de Kivu, son mujeres y niños, puesto que muchos hombres se quedan para proteger sus propiedades, exponiéndose a nuevos ataques.
Solo en Beni, los miles de personas desarraigadas se suman a unas 100 000 que ya estaban necesitadas de refugio y protección, según Acnur.
Los ataques de los grupos armados se interpretan como respuesta a las operaciones militares y escarmiento a las comunidades de las que sospechan que comparten con el ejército información sobre sus movimientos con el ejército. También se deberían a que los combatientes buscan alimentos y medicinas.
Acnur informó que en 2020 construyó más de 43 000 refugios en el oriente de la RDC, pero que este año, con los fondos disponibles, solo pudo auxiliar a 4400 de las decenas de miles de familias que necesitan asistencia.
Agregó la agencia que ha recibido solo 5,5 por ciento de los 33 millones de dólares que necesita para sus tareas en esa extensa área, y con urgencia requiere dos millones de dólares para reforzar la protección y ayuda en Ituri y Kivu del Norte.
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