Las mujeres han dirigido investigaciones pioneras y trabajado en la primera línea para dar respuesta a la covid-19, pero su labor por la ciencia y la salud aún soporta la brecha de género como obstáculo, declararon agencias de la ONU al celebrarse este jueves 11 el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
La crisis de la covid “ha demostrado una vez más el papel fundamental que las mujeres y las niñas desempeñan en la ciencia”, indicó una declaración conjunta de ONU Mujeres y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Las investigadoras “han logrado muchos avances cruciales en la lucha contra la pandemia, que van desde la comprensión del virus y el control de su propagación hasta la elaboración de pruebas de diagnóstico y vacunas”, resaltó el texto.
Pero, al mismo tiempo, “cada vez queda más patente que la pandemia ha afectado más a las mujeres –en particular las mujeres científicas– que a los hombres, por ejemplo debido al desequilibrio en la distribución de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados”.[pullquote]3[/pullquote]
Aunque 70 por ciento del personal que trabaja en salud y asistencia social son mujeres, reciben una remuneración 11 por ciento inferior a la de los hombres.
Las mujeres “con demasiada frecuencia” se encargan de tareas a expensas de su propio empleo, como la educación en el hogar y el cuidado de los ancianos, y los estereotipos y las desigualdades basadas en el género impiden a muchas niñas y mujeres emprender y permanecer en carreras científicas en todo el mundo.
Por ejemplo, solo 33 por ciento de los investigadores son mujeres, a pesar de que representan 45 y 55 por ciento, respectivamente, de los estudiantes de grado y de máster, y el 44 por ciento de los matriculados en programas de doctorado.
A las puertas de la cuarta revolución industrial –fusión de tecnologías que desintegra las fronteras entre las esferas física, digital y biológica- las mujeres representan solo 28 por ciento de los egresados en ingeniería y 40 por ciento de los licenciados en informática y computación.
En este terreno hay mucha disparidad y no existen patrones regionales, pues por ejemplo en los países industrializados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico la proporción de mujeres licenciadas en ingeniaría es inferior a la media mundial.
Es el caso de Australia (23,2 por ciento de los ingenieros son mujeres), Canadá (19,7), Chile (17,7), Corea del Sur (20,1), Estados Unidos (20,4), Francia (26,1), Japón (14,0) o Suiza (16,1 por ciento).
Algunas de las proporciones más elevadas de mujeres entre los graduados en ingeniería se encuentran en los Estados árabes, como Argelia (48,5 por ciento), Omán (43,2) y Túnez (44,2), y en América Latina, con 41,7 por ciento de los ingenieros en Cuba, el 47,5 en Perú y 45,9 por ciento en Uruguay.
Las sociedades deben “redoblar esfuerzos para superar estas diferencias entre los géneros en la ciencia y luchar contra las normas y los estereotipos que crean y hacen perdurar la idea de que las trayectorias profesionales son limitadas para las niñas en esas disciplinas”, planteó la declaración de la Unesco y ONU Mujeres.
“Todavía hoy, en el siglo XXI, las mujeres y las niñas son marginadas en la esfera científica debido a su sexo”, afirmó la directora de la Unesco, Audrey Azoulay.
En cambio, “las mujeres deben saber que tienen un lugar en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM), y derecho a participar en el progreso científico”, agregó la responsable.
Gitanjali Rao, de 15 años, científica estadounidense de origen indio, dijo que “hoy en día, las niñas tienen más oportunidades en las carreras CTIM, pero hace falta estructura y un entorno de apoyo. Son muchas las razones, pero la falta de modelos de conducta y la desigualdad salarial son las principales”.
Rao integró el foro Generación Igualdad, de ONU Mujeres y copresidido por Francia y México, para impulsar acciones que procuren una evolución digital que tenga en cuenta la diversidad de género.
Las mujeres científicas “son una fuente de inspiración para las jóvenes de todo el mundo deseosas de estudiar disciplinas científicas. Nuestro deber es allanarles el camino para construir un futuro más justo y equitativo”, concluyó la declaración de ONU Mujeres y Unesco.
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