La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), encabezada por Chile, Francia, Gran Bretaña e Italia, deploró el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, que sostiene objetivos planetarios para contener el calentamiento planetario.
En una declaración tras hacerse efectivo el retiro estadounidense el miércoles 4, los organizadores de la 26 Conferencia de las Partes (COP26) de la CMNUCC, a celebrarse en noviembre de 2021, en Glasgow, en el Reino Unido, “observaron con pesar” el paso que dio Washington por instrucciones del presidente Donald Trump.
Apenas se concretó ese retiro, el más que probable ganador de la presidencia estadounidense por el Partido Demócrata, Joe Biden, anunció su decisión de reintegrar su país al Acuerdo como una de sus primeras medidas, en un mensaje en su cuenta de Twitter.[pullquote]3[/pullquote]
“Hoy, la administración Trump abandonó oficialmente el Acuerdo de París sobre el Clima. Y en exactamente 77 días, una administración de Biden se reincorporará», escribió, en alusión al 21 de enero, la fecha de inicio del mandato de la próxima administración estadounidense.
El Acuerdo de París, aprobado en diciembre de 2015 y ratificado al año siguiente por la inmensa mayoría de los 197 países que lo adoptaron, prevé acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.
La declaración de la CMNUCC afirmó que “la ciencia de hoy en día es clara. Debemos intensificar urgentemente la acción y trabajar juntos para reducir los efectos del calentamiento mundial y asegurar así un futuro más verde y resiliente para todo el mundo”.
“Conforme miramos hacia la COP26 en Glasgow, seguimos comprometidos a trabajar con todos los interesados y asociados de Estados Unidos en todo el mundo para acelerar la acción climática, y con todos los signatarios para asegurar la plena aplicación del Acuerdo de París”, sostuvo el documento.
El texto divulgado en esta ciudad alemana sede de la Secretaría de la CMNUCC, recordó “la necesidad de dar un apoyo sólido a los países y comunidades que se encuentran en la primera línea que sufrirá los efectos del cambio climático”.
Igualmente, la necesidad de “lograr mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de dos grados centígrados” y de actuar para limitar el calentamiento global a 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales.
Estados Unidos observó escrupulosamente los lapsos previstos hasta completar su retiro, coincidencialmente, el mismo día en que escalaba la temperatura política en ese país por las denuncias de Trump de un alegado fraude, a medida que el recuento electoral le era adverso en estados clave para revertir la ventaja cada vez mayor de Biden.
Washington decidió retirarse, según las declaraciones de Trump el 1 de junio de 2017, debido a “la injusta carga económica impuesta a los trabajadores, empresas y contribuyentes estadounidenses en virtud de las contribuciones hechas por Estados Unidos en el marco del Acuerdo”.
El gobierno de Trump, un negacionista sobre la existencia de una crisis climática, consideró desventajosa para la economía de su país la exigencia del Acuerdo de París de contribuciones determinadas de cada nación a la reducción de las emisiones de carbono, en particular por el impacto sobre su industria de combustibles fósiles.
El Acuerdo incluye la obligación de los Estados partes a informar periódicamente sobre sus emisiones y sobre sus esfuerzos para aplicar los compromisos.
Además, se prevé un inventario mundial cada cinco años para evaluar el progreso colectivo hacia el logro del Acuerdo y la adopción de nuevas iniciativas.
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