Cómo detectar y tratar la dislexia en adultos

La dislexia es un trastorno neurobiológico que afecta a adquisición y comprensión de la lectura. Afecta a la lectura y a la escritura, y se caracteriza por la «dificultad en el aprendizaje de la lectura pese a la instrucción convencional, una inteligencia adecuada y buenas oportunidades socioculturales», según la definición dada por la Federación Mundial de Neurología.

Según el manual DSM-IV (el manual de diagnóstico de referencia para los trastornos mentales), la característica esencial de la dislexia es un rendimiento en lectura (precisión, velocidad o comprensión) que se sitúa sustancialmente por debajo del nivel esperado en función de la edad cronológica, del cociente intelectual y de la escolarización propia de la edad del individuo.

 

Diagnóstico de la dislexia en adultos

Generalmente la dislexia se identifica en edades tempranas, pero nada impide que sea diagnosticada ya en la edad adulta. De hecho, la dislexia en adultos puede ser adquirida, en el caso de que la pérdida de la lectura venga provocada a raíz de una lesión cerebral cuando el sujeto ya sabía leer.

Además, existen los llamados «disléxicos evolutivos». Personas que recibieron una educación normalizada a las que les costó aprender a leer y escribir correctamente. Si la dislexia no se trata adecuadamente durante la infancia, puede ocurrir que sus secuelas persistan durante la edad adulta. En estos casos, la ausencia de intervención específica suele devenir en la no adquisición de un buen hábito lector, de modo que el disléxico escribirá y leerá muy lento, posiblemente con errores y tendrá dificultades para entender lo que lee y expresarse por escrito.

Para el diagnóstico de la dislexia en adultos, es necesario realizar una valoración de la historia escolar y descartar que las dificultades de lectura y escritura se deban a un déficit a nivel cognitivo, sensorial o emocional. El objetivo es comprobar si el nivel fonológico y lectoescritor está por debajo de lo habitual para un adulto no disléxico con un nivel de estudios similar. Los síntomas de la dislexia en adultos incluyen las dificultades en comprensión de textos, que la lectura resulte una actividad poco agradable, dolores de cabeza al leer, falta de atención o dificultades de lateralidad, de memoria o de organización, entre otras.

En los adultos, la dislexia puede generar problemas de inseguridad, falta de fluidez y de comprensión lectora (lo que deviene en falta de habilidades para determinadas tareas intelectuales) o errores ortográficos.

 

Tratamiento de la dislexia en adultos

La dislexia en adultos exige establecer estrategias que faciliten el aprendizaje y potencie sus habilidades. Para ello, debe contarse con la indispensable participación activa del adulto en cuestión. Los especialistas recomiendan tratar por un lado los aspectos relacionados con la escritura y la lectura (como la ortografía, la comprensión o la expresión…) y, por otro, los síntomas emocionales que puede generar la dislexia.

Existen ejercicios para tratar la dislexia en adultos, recogidos en cuadernos de trabajo que permiten estimular las funciones cognitivas y el lenguaje. Este tipo de material se organiza en fichas de trabajo, que permiten trabajar para reducir las dificultades que mencionábamos con anterioridad. Así, en estos cuadernos se trabajan aspectos como la percepción espacial y la lateralidad, el cálculo, la atención y la memoria, el lenguaje o las habilidades motoras. El objetivo es trabajar de forma lúdica y estimulante las funciones cognitivas, de modo que el adulto pueda adquirir recursos que palíen sus déficits de lectoescritura.

 

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