Tú rascas mi espalda y yo rasco la tuya: el círculo inhibidor de la ONU

La sala del directorio del multilateralismo mundial, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que se ha vuelto inoperante en asuntos cruciales para el mundo por el abuso del poder del veto de sus miembros permanentes, en particular China, Estados Unidos y Rusia. Foto: ONU
La sala del directorio del multilateralismo mundial, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que se ha vuelto inoperante en asuntos cruciales para el mundo por el abuso del poder del veto de sus miembros permanentes, en particular China, Estados Unidos y Rusia. Foto: ONU

La batalla en curso entre China y Estados Unidos amenaza con paralizar al organismo más poderoso de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad (CSNU), que prácticamente se ha convertido en un “desaparecido en combate” en algunos de los temas más sensibles, y también más cruciales, de la actualidad mundial.

El Consejo de 15 miembros ha evitado escrupulosamente cualquier resolución sobre la devastación causada por la pandemia de covid-19, que se ha cobrado la vida de más de 500 000 personas en todo el mundo, mientras que ha guardado silencio sobre el llamado del secretario general António Guterres a un alto el fuego global en países devastados por la guerra,  incluidos Siria, Afganistán, Iraq, Libia, Somalia y Yemen.

Resumiendo el estado disfuncional del CSNU, el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Stephane Dujarric, dijo: «No hemos visto una declaración (del Consejo de Seguridad) sobre covid 19. (Y) no hemos visto una declaración sobre el llamado del secretario general al alto el fuego global”.

Las partes en los conflictos actuales están respaldadas, directa o indirectamente, por los cinco miembros permanentes  del CSNU: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, que brindan apoyo político o militar, o ambos.

Las grandes potencias tienen una larga tradición de proteger a sus aliados y sus propios intereses nacionales mientras se cubren los pecados militares de los demás, principalmente de forma recíproca.

Haciendo uso de un antiguo dicho, un veterano diplomático asiático resumió para IPS la paralizante situación: «el principio subyacente es: tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya».

El Consejo de Seguridad, señaló acertadamente Dujarric, tiene primacía en la ONU sobre temas de paz y seguridad. «Una fuerte declaración unificada de ese organismo que respalda el llamado del secretario general un alto el fuego global, creo que contribuiría en gran medida, con suerte, a hacer realidad un llamado al alto el fuego».

Ian Williams, un veterano periodista que ha cubierto la ONU desde la década de los 80 y actualmente presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Nueva York, dijo a IPS que ya es hora de que los “mayores” de la ONU se reúnan para llamar a los miembros permanentes del Consejo, especialmente a los reincidentes abusadores del veto,  como Estados Unidos, China y Rusia.

Incluso aunque la administración estadounidense de Donald Trump no sea precisamente sensible a las repulsas, agregó.

«Recuerdo el caso de la República Popular de China, cuando iba a vetar una misión de mantenimiento de la paz en Haití por su reconocimiento de Taiwán, hasta que el embajador Juan Somavia (de Chile) les habló en nombre de los miembros de América Latina y advirtió sobre el consecuencias para su reputación”.

Las consecuencias, detalló Williams,  no tienen que ser sobre un asunto crucial, pueden ser acumulativas ya que incluso los miembros permanentes necesitan contar con respaldos.

En ese y otros asuntos Guterres “excede la cuota de diplomacia”, criticó el veterano periodista,  autor de «UN told: The Real Story of the United Nations in Peace and War (La ONU dijo: la verdadera historia de las Naciones Unidas en la paz y en la guerra)».

«Quizás debería abandonar cualquier ambición para un segundo mandato y, aunque todavía la mantenga, usar su autoridad moral como custodio de la Carta (de la ONU) para nombrar y avergonzar a quienes sostienen una decisión crucial para el ego nacional», analizó.

«Él tiene el púlpito: debería intentar predicar y reunir a otros miembros. ¡Es mejor ser memorable un solo periodo que solo una nota al pie (en la historia de la ONU) con dos periodos!», Dijo Williams,  quien también fue presidente de la Asociación de Corresponsales de la ONU (UNCA, en inglés).

La administración de Trump  bloqueó la consideración de una propuesta de resolución sobre la covid-19, porque no identificó específicamente a China como origen. Si tal resolución se hubiera presentado así ante el Consejo, los chinos obviamente la habrían vetado.

Al mismo tiempo, ningún miembro del Consejo de Seguridad se atrevería a presentar una resolución que respalde las protestas a favor de la democracia en Hong Kong, o contra el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos o que critique la brutal represión de los musulmanes uigures en China o condene a Israel por amenazar con anexar territorio palestino.

Como dijo Guterres el 25 de junio durante una conferencia de prensa: “El problema no es que el multilateralismo no esté a la altura de los desafíos que enfrenta el mundo.  El problema es que el multilateralismo actual carece de tamaño, ambición y fuerza”.

Guterres achacó, aunque indirectamente, a las tres grandes potencias mundiales, China, Estados Unidos y Rusia de la situación, al asegurar que las relaciones entre ellas “son disfuncionales”.

Reconoció, además, que esa falta de ambición y de firmeza está detrás de las dificultades del Consejo de Seguridad para cumplir su función, incluso en la más global crisis sanitaria que ha enfrentado la humanidad.

Stephen Zunes, profesor de política en la Universidad de San Francisco y coordinador del programa de Estudios del Medio Oriente, dijo a IPS desde la Fundación de las Naciones Unidas que uno o más de los cinco miembros permanentes han abusado periódicamente de su poder de veto o han amenazado con ello para bloquear la toma de decisiones en temas cruciales.

«Se han realizado propuestas para reformar el Consejo de Seguridad, como exigir una súper mayoría de algún tipo en lugar de un consenso de los cinco miembros permanentes”, pero sin que se hayan producido avances al respecto, recordó.

Sin embargo, Zunes señaló que la administración estadounidense actual es particularmente extrema en sus esfuerzos por frustrar la voluntad de la comunidad internacional y bloquear el multilateralismo como vía para solucionar problemas globales.

Por ejemplo, argumentó, las administraciones muy proisraelíes de Lyndon Johnson y Richard Nixon no se opusieron a una serie de resoluciones del CSNU en contra de la anexión de Israel de la Gran Jerusalén Oriental.

Y la administración Reagan, igualmente fuertemente proIsrael, apoyó la resolución unánime que se opone a la anexión de los Altos del Golán por parte de Siria. Sin embargo, la administración Trump está bloqueando cualquier acción en oposición a los planes de Israel de anexar grandes extensiones de la Cisjordania ocupada, criticó Zunes

«Cuando Estados Unidos está dispuesto a bloquear una acción para combatir una pandemia global, establecer un alto el fuego mundial u oponerse a la anexión flagrantemente ilegal de los territorios incautados por la fuerza militar, realmente estamos entrando en una nueva era de extremismo político que no solo está debilitando el Consejo de Seguridad, pero amenazando la viabilidad de todo el sistema de la ONU y el orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial «, dijo Zunes.

En una declaración emitida el 30 de junio, la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, criticó los graves abusos contra los derechos humanos de China, pero no llegó a plantear medida alguna en el Consejo de Seguridad.

En una declaración contundente, dijo que el mundo ha sabido sobre los abusos sistemáticos y graves de los derechos humanos del Partido Comunista Chino (PCCH) durante décadas, pero que a menudo hizo la vista gorda.

«Saludo a los relatores especiales de las Naciones Unidas y los expertos en derechos humanos por romper valientemente este silencio y defender al pueblo chino», afirmó.

La representante de Trump se refería a una declaración del 26 de junio emitida por relatores y expertos de la ONU que describe la represión sistemática del PCCH contra las minorías religiosas y étnicas; la desaparición y detención de abogados y defensores de derechos humanos; y el uso del régimen chino del trabajo forzoso.

El  CSNU no ha tomado ninguna medida sobre la proyectada anexión de territorios palestinos ocupados por Israel, pero la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, añadió su voz a los crecientes llamamientos internacionales y nacionales al gobierno de Israel para que no prosiga con sus planes.

La máxima autoridad en derechos humanos de la ONU y dos veces presidenta de Chile alertó que la ilegal anexión de una franja del territorio palestino ocupado  tendría un impacto desastroso en los derechos de los palestinos y en toda la región.

«La anexión es ilegal. Punto», dijo. «Cualquier anexión. Ya sea de 30 por ciento de Cisjordania, o de cinco por ciento. Insto a Israel a escuchar a sus propios exaltos funcionarios y generales, así como a la multitud de voces en todo el mundo, advirtiéndole que no siga adelante en este camino peligroso», remarcó.

T: MF

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