Líderes de todas las regiones del mundo demandaron a la asamblea que reunirá a los ministros de Salud de 194 países que, cuando se consiga una vacuna eficaz contra el covid-19, se ponga gratuitamente a disposición de todos los habitantes del planeta.
Una carta abierta firmada por 140 figuras, entre ellos gobernantes y exmandatarios de una veintena de países, fue divulgada este jueves 14 con propuestas dirigidas a la Asamblea Mundial de la Salud, que deliberará virtualmente el 18 y 19 de mayo.
Los gobiernos y entidades internacionales “deben unirse para crear una garantía mundial que asegure que, cuando se desarrolle una vacuna segura y eficaz, se produzca rápidamente a gran escala y se ponga a disposición de todas las personas, en todos los países, de forma gratuita”, dice la carta.
La misma demanda “se aplica a todos los tratamientos, diagnósticos y otras tecnologías para frenar el covid-19”, añadió el texto.
Encabezan las firmas Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica y de la Unión Africana, los presidentes de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo, de Senegal, Macky Sall, y el primer ministro de Pakistán, Imran Khan.
El documento señaló que gracias a los esfuerzos de los sectores público y privado se avanza con rapidez en el proceso, y varias “vacunas candidatas” ya entraron en la fase de los ensayos clínicos.
El mundo “solo estará seguro cuando todos y todas podamos acceder a una vacuna”, por lo que la Asamblea “debe forjar un acuerdo mundial que asegure el acceso rápido y universal a vacunas y tratamientos de calidad garantizada, en los que la necesidad se priorice por encima de la capacidad de pago”, postularon.
“Ya es hora de que los ministros renueven los compromisos contraídos en el momento de la fundación de la Organización Mundial de la Salud, en el que todos los Estados aceptaron proporcionar el más alto nivel posible de salud como derecho fundamental de todo ser humano”, reza la carta.
Subrayaron que “ahora no es el momento de permitir que los intereses de las empresas y gobiernos más ricos se antepongan a la necesidad universal de salvar vidas, ni de dejar esta tarea tan importante y ética a merced de las fuerzas del mercado”.
Recordaron las “dolorosas lecciones” dejadas por la historia del acceso desigual a los medicamentos para tratar el VIH y el ébola”, epidemias que siguen cobrando centenares de miles de vidas y comprometiendo enormes recursos para su combate.
Numerosos exgobernantes suscriben la carta, entre ellos los latinoamericanos Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Laura Chinchilla, de Costa Rica, Ricardo Lagos, de Chile, Juan Manuel Santos, de Colombia, y Ernesto Zedillo, de México.
Están los europeos destacan Gordon Brown, de Gran Bretaña, Felipe González, de España, José Manuel Durao Barroso, de Portugal, Vigdís Finnbogadóttir, de Islandia, Mary Robinsom, de Irlanda, Horst Köhler, de Alemania, Jan Peter Balkenende , de Holanda, y Viktor Yushchenko, de Ucrania.
De África, Asia y Oceanía sumaron sus firmas Olusegun Obasanjo, de Nigeria, Festus Mogae, de Botswana, Chandrika Kumaratunga, de Sri Lanka, José Manuel Ramos Horta, de Timor-Este, y Helen Clark, de Nueva Zelanda.
También figuraron los economistas Joseph Stiglitz, Michael Spence y Thomas Pikeytty, el Nobel de la Paz 2014 y activista de los derechos de la infancia Kailash Satyarthi, y la directora de la agencia de las Naciones Unidas contra el sida, Winnie Byanyima.
El documento demanda que la asamblea de ministros de Salud “garantice el intercambio obligatorio en todo el mundo de los conocimientos, datos y tecnologías relacionados con el covid-19, además de la creación de patentes conjuntas y de libre acceso para todos los países”, sobre esta enfermedad.
Piden que se establezca “un plan global y justo de fabricación y distribución rápida, totalmente financiado por las naciones ricas, para la vacuna y todos los productos y tecnologías en relación con el covid-19”, y que garantice precios de costos reales, transparentes y que se suministre según la necesidad.
La prioridad debe estar en “el acceso de los trabajadores y trabajadoras de primera línea, las personas más vulnerables y los países pobres con menor capacidad para salvar vidas”, según el documento.
Insistieron en que “solo una vacuna universal, que tenga los valores de la igualdad y la solidaridad en su epicentro, puede proteger a toda la humanidad y hacer que nuestras sociedades vuelvan a funcionar de forma segura”, por lo que “ ha llegado la hora de crear un valiente acuerdo internacional”.
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