La 73 Asamblea Mundial de la Salud aprobó una revisión de la respuesta planetaria a la pandemia de la covid-19, un acuerdo sobre el uso equitativo de una futura vacuna contra la enfermedad y una evaluación de la propia Organización Mundial (OMS) sobre su gestión ante el brote del nuevo coronavirus.
La gran reunión anual de la OMS duró esta vez tan solo dos días y fue la primera celebrada en forma virtual, con la comparecencia de los ministros desde sus países. Destacó la participación del presidente chino, Xi Jinping, para defender la respuesta de China a la covid-19 y asegurar que su país hizo todo lo posible para «detener la transmisión transfronteriza» y ayudar a otros países a contener el virus.
También dijo que su país, origen del brote de SARS-CoV-2 y primer epicentro de la pandemia, apoya la idea de una “revisión integral» de la respuesta mundial, una vez que se haya contenido la expansión del virus, para medir la eficiencia de cada fórmula aplicada.
«Este trabajo debe basarse en la ciencia y el profesionalismo, liderado por la OMS y realizado de manera objetiva e imparcial», dijo Xi, y agregó que «la solidaridad y la cooperación» son la forma más sólida de derrotar al virus.
En la primera jornada de la Asamblea, el lunes 18, Xi también anunció que China apoyará con 2000 millones de dólares en los próximos tres años, los esfuerzos para combatir la covid-19, con una prioridad a los países del Sur en desarrollo.
La respuesta de China a la covid-19 sido objeto de un intenso escrutinio, especialmente a medida que continúan surgiendo informes de que China puede tener un número significativamente mayor de casos, de lo que reflejan los datos suministrados por las autoridades sanitarias del país asiático.
La presidenta de la 73 Asamblea Mundial, la embajadora de Bahamas ante las agencias de las Naciones Unidas en Ginebra, Keva Bain, elogió a la OMS y a su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y calificó de “inspirador” su liderazgo desde que comenzó a propagarse el coronavirus.
A su juicio, «esta era de covid-19 marca el comienzo de nuevas tecnologías». «Requiere nuevos conocimientos, nuevas innovaciones, flexibilidad, (e) interacciones significativas y respetuosas con los países, así como nuevas y mayores alianzas mundiales», agregó.
Duras críticas de Estados Unidos
La Asamblea concluyó después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hiciera pública su carta a Tedros, en que defendió la suspensión de las contribuciones de su país a la OMS, anunciada en abril.
En la carta publicada en Twitter, Trump alegó que la OMS no mantuvo el mismo nivel de escrutinio para China que para Estados Unidos y que su decisión de no responsabilizar a Beijing por su falta de transparencia con respecto a los datos sobre la covid-19 “ha sido extremadamente costosa para el mundo».
Sin embargo, algunos expertos creen que una crítica tan dura a la OMS en este momento solo es un problema en el combate contra la propagación del coronavirus, que ahora tiene precisamente su epicentro en Estados Unidos.
Jennifer Huang Bouey, investigadora principal del Centro de Política de Asia y el Pacífico, dijo a IPS que la OMS ha desempeñado un papel clave en la contención de un virus tan global.
«Me pareció muy desafortunado que esto sucediera en este momento porque la OMS tiene la mejor y principal posición para coordinar y brindar asistencia técnica para una enfermedad que puede cruzar todas las fronteras», dijo a IPS.
Bouey insistió en que «este es exactamente el momento en que los países necesitan trabajar juntos y ayudar a los países que tienen sistemas más frágiles» para enfrentarse al virus.
La investigación de Bouey se ha centrado en cómo China ha configurado la respuesta de salud pública desde que hace casi dos décadas tuvo que enfrentar el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), una enfermedad causada también por un coronavirus, el SARS-CoV.
«Durante el SARS no había ningún sistema de recolección de datos», dijo, «pero después del SARS el gobierno aportó muchos fondos para centralizar el sistema de vigilancia».
Ella atribuyó el fracaso de China de responder mejor al nuevo coronavirus, entre otros factores, a la falta de comunicación entre el gobierno local de Wuhan, origen del brote, y el central de Beijing, por un “sistema de arriba hacia abajo” donde las autoridades locales evitan aparecer como responsables de una enfermedad emergente.
De todos modos, dijo que la enfermedad está «revelando despiadadamente» algunos de los problemas en los sistemas de salud y de comunicación tanto a nivel nacional como internacional, y que no se debe culpar a la OMS por su respuesta inicial en enero, porque la escala de la pandemia no estaba completamente clara entonces.
Camino a seguir
Mientras tanto, otros expertos consideran que lo que marcará una diferencia en el futuro es cómo se traducen en una acción adecuada en el futuro, tras sacar las lecciones de lo que estuvo bien y lo que falló durante la letal pandemia, que forzó a paralizar la actividad de buena parte del mundo y a confinar a miles de millones de familias en sus hogares.
«Una cosa es hablar de que las pruebas de diagnóstico, los medicamentos y las vacunas estén disponibles de manera universal, oportuna y equitativa, pero si los países y las instituciones multilaterales no hacen sus aportes con los requisitos necesarios, entonces estas seguirán siendo palabras en papel y no se traducirá en medicamentos en manos de los proveedores de atención médica y de los pacientes «, dijo Katy Athersuch, asesora principal de políticas de innovación y acceso de Médicos Sin Fronteras (MSF).
La especialista aseguró a IPS que es crucial que los datos y la tecnología que se utilizan para probar y documentar los casos se «compartan abiertamente, para así garantizar que la producción pueda llevarse a cabo en la escala necesaria para proporcionar a las personas en todo el mundo, no solo para aquellos en los países de mayores ingresos».
La investigadora Bouey hizo consideraciones similares y planteó que en esta crisis hay lecciones que puede y debe sacar cada país.
«Siempre estamos en el ciclo de negligencia o pánico”, criticó, por lo que si la covid rompe esa inercia y genera un plan y una regulación que haga que los sistemas de vigilancia se mantengan activos en forma permanente, será un paso en la dirección correcta y evitará la recurrencia de crisis globales como la actual.
A su juicio, son lecciones como estas las que tienen que sacar tanto los Estados como las organizaciones internacionales.
T: MF