Mohammad Rafique (primero a la derecha) y otros niños en el campo de refugiados rohinyás de Kutupalong, en Cox’s Bazar, mientras vendían verduras el 11 de marzo. Ahora la cuarentena nacional en Bangladesh para contener la pandemia de covid-19 ha aislado el campo, del que no se puede salir o entrar y donde el distanciamiento físico es una recomendación impracticable dado su nivel de hacinamiento. Foto: Rafiqul Islam / IPS

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