A medida que se multiplican los casos de coronavirus, aumenta la preocupación por el impacto actual y a largo plazo de la pandemia en sectores vulnerables de la población mundial, como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores migrantes y las personas con empleos precarios.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó al comenzar abril un informe «Responsabilidad compartida, solidaridad global: respuesta a los impactos socioeconómicos de covid-19» que detalla cómo estas comunidades se ven afectadas de manera desproporcionada por la actual pandemia y cuarentena.
El confinamiento en los hogares de millones de personas por todo el mundo coloca a las mujeres como l grupo demográfico que probablemente sea el más afectado, en cuanto a varios impactos de la crisis.
«El hecho de que las mujeres constituyan 70 por ciento de la fuerza laboral de salud global las pone en mayor riesgo de infección», indica el informe.
«La crisis actual amenaza con hacer retroceder los logros limitados logrados en la igualdad de género y exacerbar la feminización de la pobreza, la vulnerabilidad a la violencia y la participación igualitaria de las mujeres en la fuerza laboral», añade.
Pero el hecho de que las mujeres constituyan casi las tres cuartas partes de los profesionales sanitarios mundiales no significa que se las destaque adecuadamente.
Ya en marzo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que las mujeres tienen un papel crucial en la industria de la salud pública, pero continúan siendo víctimas de diferentes abusos o negligencias, se les atribuye una “posición inferior”, destacan en roles mal remunerados e incluso no remunerados, y son objeto de prejuicios y acoso de género.
Ante la pandemia, se produce el hecho de que al quedar al cargo principal del cuidado infantil durante la cuarentena, las mujeres ven obstaculizada su capacidad de trabajar combatiendo la pandemia, pese a ser el mayor porcentaje de trabajadores en el área de salud.
Según el Centro para el Progreso Estadounidense, actualmente millones de trabajadores de la salud tienen un hijo menor de 14 años, por lo que tendrían dificultades en conciliar el trabajo para contener la emergencia y el cuidado de sus hijos.
En consecuencia, habría “millones de trabajadores vitales en el área de salud que actualmente deben asegurar el cuidado infantil, poniendo en peligro su capacidad de trabajar en un momento en que la atención médica en Estados Unidos ya es demasiado escasa”, indica la institución.
En el lanzamiento del informe de la ONU, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió políticas que no solo afronten la pandemia y su contención, sino que también incorporen medidas para atender el largo impacto de la crisis.
Guterres pidió «diseñar políticas fiscales y monetarias capaces de apoyar la provisión directa de recursos para apoyar a los trabajadores y los hogares, la provisión de seguros de salud y desempleo, la ampliación de la protección social y el apoyo a las empresas para evitar quiebras y pérdidas masivas de empleos».
A su juicio, cuando pase lo peor de la crisis sanitaria, la atención “deberá centrarse en la construcción de economías y sociedades más equitativas, inclusivas y sostenibles y que sean más resistentes a las pandemias, al cambio climático y a los muchos otros desafíos mundiales a los que nos enfrentamos”.
Para Guterres, los lideres mundiales deben dar a la pandemia «una respuesta multilateral a gran escala, coordinada e integral que represente al menos 10 por ciento del PIB mundial».
Esa respuesta debe basarse, además, en la solidaridad, equidad, inclusión y sostenibilidad que reclaman las sociedades en diferentes países.»Podemos regresar al mundo como era antes o enfrentar de manera decisiva aquellos problemas que nos hacen innecesariamente vulnerables a las crisis… La recuperación de la crisis de covid-19 debe conducir a una economía diferente», sentenció.
Otro grupo demográfico que se ve profundamente afectado como resultado de la pandemia son los trabajadores migrantes, según el informe del foro mundial.
«Los migrantes representan casi 30 por ciento de los trabajadores en algunos de los sectores más afectados en los países de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos)», indica la ONU.
Subraya en este punto que «la pérdida masiva de empleos entre los trabajadores migrantes tendrá efectos muy negativos en las economías que dependen en gran medida de las remesas, como El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Tonga, Tayikistán y Kirguistán».
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Nepal estima, por ejemplo, con base en cifras oficiales del país, que hay entre 700 000 y 800 000 trabajadores migrantes nepalíes en India.
«Con el brote de covid-19 y las medidas adoptadas por el gobierno para mitigar los riesgos, el país se encuentra en cuarentena nacional. La producción económica se detuvo y muchos trabajadores migrantes nepalíes temporales tuvieron que dejar de trabajar», dijo a IPS la jefa de la misión de la OIM en Nepal, Lorena Lando.
«Miles regresaron a Nepal antes del cierre de fronteras, otros todavía están en India pero no pueden trabajar. Muchos de los trabajadores migrantes son asalariados por día, y ahora ya no tienen ingresos para mantener a sus familias y a ellos mismos”, explicó Lando.
La representante de OIM destacó que «el impacto económico de covid-19 en países como Nepal será mucho mayor que en otros, y aunque algunas acciones que se adoptarán servirán a corto plazo, otras necesitarán una respuesta de recuperación socioeconómica con una visión mucho mayor”.
Más allá de los trabajadores migrantes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la crisis actual en el mercado laboral podría llegar a ocasionar la pérdida de 25 millones de empleos.
«La crisis actual exacerba la feminización de la pobreza, la vulnerabilidad a la violencia y la participación equitativa de las mujeres en la fuerza laboral», destacó el organismo, destacando que ante la crisis del desempleo, las mujeres se verán afectadas de manera desproporcionada.
Además, la conectividad a Internet, especialmente en un momento en que todo el trabajo y los estudios pasaron a ser en línea, también es una prioridad. La ONU asegura que actualmente se estima que 3000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a Internet, lo que se traduce en que tienen acceso a educación, información de salud y telemedicina.
Según diferentes activistas consultados por IPS, el acceso digital y la conectividad a Internet son clave en este momento para garantizar la comunicación entre las comunidades y también derechos de las personas.
T: MF