Los pequeños caficultores salvadoreños están aprendiendo a secar el café con métodos no tradicionales, como el de las «camas africanas», para mejorar la calidad de sus granos. Estos se colocan en marcos de madera con mallas metálicas de modo que el grano no está en contacto con el piso, como en los patios de la finca Los Pirineos, en el oriental municipio de Berlín. Foto: Edgardo Ayala/IPS

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