La guerra en Siria ha dejado más de 11 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, entre ellas 4,8 millones de niños, dijo este jueves 12 el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, al llegar el noveno aniversario del inicio del conflicto que ha devastado a ese país árabe.
“Hemos presenciado nueve años de atrocidades, incluidos crímenes de guerra. Nueve años de abusos a gran escala de los derechos humanos y de forma sistemática, socavando las reglas internacionales hasta nuevas cotas de crueldad y sufrimiento”, dijo el titular de la ONU.
El conflicto, que se inició con protestas antigubernamentales en marzo de 2011, derivó primero en una guerra civil y luego en una conflagración en la que participan el ejército sirio, rebeldes que se le oponen, actores regionales como Arabia Saudita, Irán, Israel, Turquía y milicias de países vecinos, y potencias de fuera de la región como Estados Unidos y Rusia.
Mientras que la paz ha sido elusiva, a pesar de conferencias y ensayos de acuerdo entre las partes, la confrontación, resaltó Guterres, se mantiene “con un costo humano desmesurado, que provoca una crisis humanitaria de proporciones monumentales”.
Más de 300 000 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en los nueve años de conflicto, y la ONU (Organización de Naciones Unidas) estima en 5,6 millones los refugiados en otros países y en 6,1 millones los desplazados internos, es decir, que más de la mitad de la población se ha visto obligada a huir de sus hogares.
Once millones necesitan asistencia humanitaria, según el organismo internacional. El número de personas sin acceso fiable a los alimentos es de casi ocho millones y, en sólo un año, aumentó más de 20 por ciento. En todo el país, 500 000 niños están crónicamente desnutridos.
La cantidad de personas desplazadas que buscan refugio en asentamientos informales y campamentos colectivos aumenta más de 40 por ciento año tras año, hasta alcanzar un total de 1,2 millones en 2020.
Las mujeres y los niños se han visto obligados a desplazarse incontables veces y a dormir a la intemperie, ya que los campamentos están llenos. Luchan por sobrevivir en condiciones horribles y pasan sus días tratando de salir del peligro. Algunos niños de 10 años han pasado toda su vida sin sentarse en un aula adecuada.
“Mi mensaje de hoy es claro. No podemos permitir que el décimo año resulte en la misma carnicería, el mismo desprecio por los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, la misma inhumanidad”, dijo el máximo funcionario de la ONU.
Las medidas para finalizar con el sufrimiento del pueblo sirio “son bien conocidas”, pero deben llevarse a cabo, sostuvo Guterres.
“En primer lugar, el Protocolo Adicional del 5 de marzo al Memorando sobre la estabilización de la situación en la zona de desescalada de Idlib (noroeste de Siria), acordado entre Rusia y Turquía, debe conducir a un cese de las hostilidades duradero que allane el camino a un alto el fuego permanente en todo el país”, apuntó.
En segundo lugar, “las partes deben volver al proceso político facilitado por las Naciones Unidas, según lo dispuesto en la resolución 2254 (2015), que es el único camino viable para finalizar el conflicto y ofrecer una paz duradera al pueblo sirio”, indicó Guterres.
Esa resolución del Consejo de Seguridad de la ONU propone un proceso combinado de negociación política y cese del fuego entre las partes confrontadas en Siria, y demanda que se respeten la integridad y bienes de la población civil, así como facilidades para el ingreso de ayuda humanitaria.
A-E/HM