La producción de biogás con los excrementos de cerdos, como los de la finca de Ademir Escher, tiene un nuevo negocio con gran potencial en el oeste del estado de Paraná, en el sur de Brasil, que concentra más de cuatro millones de estos mamíferos. El biocombustible elimina, además, los residuos que contaminan los ríos locales y sedimentan el embalse de Itaipú, la gigantesca central hidroeléctrica compartida por Brasil y Paraguay. Crédito: Mario Osava/IPS

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