Mulume Bujiriri (primero a la izquierda), un antiguo niño soldado de República Democrática del Congo. Un nuevo informe sobre los niños y los conflictos armados subraya que la población infantil presuntamente vinculada a grupos terroristas, debe ser tratada como víctimas y no cómplices, lo que actualmente casi nunca sucede. Crédito: Einberger / argum / EED / IPS

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