En el Día de los Derechos Humanos, que se celebra este martes 10 de diciembre, la alta comisionada de las Naciones Unidas para el sector, Michelle Bachelet, resaltó el papel de los jóvenes en la lucha para defender estas garantías, en especial ante la crisis climática.
“Hemos contraído una deuda de gratitud con millones de niños, adolescentes y adultos jóvenes que han venido defendiendo esos valores y protestando de manera cada vez más sonora por la crisis que afronta nuestro planeta”, expresó Michelle Bachelet en un comunicado desde Madrid, donde se encuentra participando en la 25 Conferencia de las Partes (COP25) de las Naciones Unidas sobre cambio climático.
La alta comisionada añadió que los jóvenes proclaman que es su futuro lo que está en juego, así como el de quienes aún no han nacido, en la víspera de la conmemoración del 71 aniversario de la Declaración Universal sobre Derechos Humanos.
“Son ellos los que tendrán que sufrir las consecuencias de los actos o la inacción de sus mayores que en la actualidad dirigen los gobiernos y las empresas, encargados de adoptar las decisiones de las que depende el futuro de los países, las regiones y el planeta en su conjunto”, dijo.
En su opinión, la tarea de abordar la emergencia climática y demás crisis de derechos humanos que afronta el mundo no se le puede dejar solo a los jóvenes, por lo que se debe actuar en conjunto, de manera solidaria y urgente.
“Entre los múltiples retos a los que se han enfrentado los derechos humanos desde la Segunda Guerra Mundial, quizás sea la emergencia climática mundial la que representa una amenaza de mayor magnitud”, afirmó la máxima autoridad de derechos humanos de Naciones Unidas.
“Desde su repercusión sobre el derecho a la vida, la salud, la alimentación, el agua y la vivienda, hasta nuestros derechos a vivir sin discriminación, al desarrollo y la autodeterminación, sus efectos se sienten ya en todos los ámbitos”, añadió.
El legado de la Declaración Universal
Bachelet consideró que un mundo donde estos principios universales estuvieran menoscabados sería un mundo en regresión hacia un pasado más oscuro, a una época en que los poderosos podían abusar de los indefensos, con poca o ninguna limitación moral o jurídica.
“Es nuestro deber velar por que se escuchen las opiniones de los jóvenes. La Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, fue un firme compromiso de los Estados de proteger los derechos de todos, lo que comprende la posibilidad de que las generaciones venideras puedan defender su dignidad, su igualdad y sus derechos”, dijo.
Agregó que todos los seres humanos tienen derecho a participar en la toma de decisiones que tengan repercusión en sus vidas, y que para garantizar una adopción de decisiones más eficaz y fomentar la confianza y la armonía entre las naciones, los dirigentes de cada sociedad deberían escuchar las opiniones de sus pueblos y proceder en función de sus necesidades y exigencias.
“Nada resume de manera más clara y sucinta estos fines –que son el leitmotiv del sistema internacional de derechos humanos- que el artículo primero de la Declaración Universal, que audaz e inequívocamente estipula que «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros».
Emergencia climática, ni de derechas ni izquierdas
Bachelet recordó que ninguna nación ni ninguna comunidad quedará al margen de la emergencia climática, a medida que su intensidad se recrudece, y aseguró que ya países y comunidades han padecido daños terribles.
“La gente pierde el hogar, los medios de subsistencia y hasta la vida misma. Las desigualdades se agravan y cada vez son más las personas que quedan desplazadas. Es preciso que actuemos con rapidez y con principios, y velar por que limiten lo más posible los perjuicios que esta situación causa a los seres humanos y al medio ambiente”, declaró.
La alta comisionada también aseguró que los estragos del cambio climático no se detendrán en las fronteras, y que las reacciones fundadas en el “nacionalismo hostil” o en consideraciones económicas a corto plazo, no solo fracasarán, sino que además destruir el planeta.
“La lucha en pro de la justicia climática y los derechos humanos no es un enfrentamiento político. No es cuestión de derechas e izquierdas, es un asunto de derechos y agravios”, afirmó
Un llamado que debe ser escuchado
Bachelet también enfatizó que millones de personas protestan y exigen medidas contra el cambio climático, pero el llamado no se limita a este tema, sino que aborda las desigualdades y las instituciones opresivas.
“Me siento inspirada por el valor, la claridad y los principios de todas esas personas, algunas muy jóvenes, que defienden sus derechos pacíficamente, con miras a subsanar los agravios de nuestra época y crear un mundo más libre y más justo. Esas personas encarnan el concepto mismo de derechos humanos. Los responsables políticos del mundo entero deben escuchar esos llamamientos. Y, en respuesta, deberían elaborar medidas políticas más eficaces, más basadas en los principios universales”, dijo.
Para Bachelet, todos tienen derecho a vivir libres de todo tipo de discriminación. “Tenemos derecho a la educación, la atención médica, las oportunidades económicas y a un nivel de vida decente. Tenemos –todos nosotros- derecho a participar en la toma de las decisiones que afectan a nuestras vidas. Esto atañe a nuestro futuro, nuestros medios de subsistencia, nuestras libertades, nuestra seguridad y nuestro medio ambiente. Y no solo a nuestro futuro, sino también al porvenir de nuestros hijos, nietos y bisnietos”, dijo.
Para Bachelet, es necesario movilizarse a escala internacional, de manera pacífica, pero firme, para promover un mundo de derechos, dignidad y posibilidades para todos.
“Los responsables políticos de 1948 comprendieron claramente ese ideario. ¿Lo entienden ahora? Exhorto a los dirigentes del mundo a que demuestren una auténtica capacidad de liderazgo y una visión a largo plazo, y a que dejen a un lado los estrechos intereses políticos nacionales, en aras del porvenir de todos, incluidos ellos mismos y sus descendientes”, concluyó.
Este artículo fue publicado originalmente por Noticias ONU.
RV: EG