Elias Cardoso se enorgullece de los bosques restaurados en su propiedad de 67 hectáreas, donde protegió y reforestó una docena de nacientes, además de arroyos. «Fui cobaya del proyecto Conservador de Aguas, me decían loco», cuando aún la alcaldía no pagaba por ello en Extrema, un municipio del sureste de Brasil. Crédito: Mario Osava/IPS

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