Crisis de desplazados empeoran por falta de fondos y de voluntad política

El secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, durante su visita a Buea, capital de la región del Suroeste de Camerún, el 23 de abril. Allí se reunió con un grupo de mujeres que fueron desplazadas por el conflicto interno en las áreas anglófonas de Camerún. Crédito: NRC
El secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, durante su visita a Buea, capital de la región del Suroeste de Camerún, el 23 de abril. Allí se reunió con un grupo de mujeres que fueron desplazadas por el conflicto interno en las áreas anglófonas de Camerún. Crédito: NRC

Un nuevo informe del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) resalta que las 10 mayores crisis de desplazados que hay en el mundo y que dejaron sin hogar a millones de personas, han empeorado debido a la negligencia política, la escasez de fondos y la falta de atención de los medios.

El secretario general de la organización no gubernamental, Jan Egeland, aseguró a IPS que la asistencia humanitaria debe brindarse en función de las necesidades, y solo de las necesidades. Sin embargo, cada día millones de personas desplazadas son desatendidas porque han sido golpeadas por una de las llamadas crisis olvidadas o los dólares necesarios se han agotado.

El Informe Global sobre Desplazamiento Interno, publicado en mayo por el observatorio sobre el tema del NRC, destaca que los países que sufrieron crisis de desplazamiento en 2018 se ubican en su mayoría en África, con Camerún a la cabeza de la lista, seguido por la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Burundi, Malí, Libia y Etiopía.

Los tres restantes, según la lista de NRC, fueron Ucrania, Venezuela y Palestina.

«Esta lista deprimente debe servir como una llamada de atención para todos nosotros. Solo atrayendo la atención a estas crisis, aprendiendo sobre ellas y ubicándolas en un lugar importante en la agenda internacional, podemos lograr el cambio tan necesario», dijo Egeland, quien fue subsecretario general para Asuntos Humanitarios y coordinador de Ayuda de Emergencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Martin Scott, profesor en la británica Universidad de East Anglia y autor principal de un informe sobre “El estado del periodismo humanitario”, dijo a IPS que estudios como el del NRC deberían ser un primer paso para elevar la atención sobre las crisis olvidadas, pero ello no sucede por la falta de la cobertura que merecen de los medios de comunicación.

«Lo que se necesita es una evaluación clara de por qué estas crisis de desplazamiento reciben tan poca cobertura. En parte, es un reflejo de modelos de negocios que están rotos en la mayoría del periodismo internacional, lo que significa que los medios de comunicación a menudo tienen dificultades para proporcionar una cobertura consistente con el valor público real (de esas crisis)», argumentó.

Pero también es un reflejo de las prioridades políticas y las agendas de los países más poderosos, que reflejan y siguen a menudo los medios, agregó Scott.

De hecho, estos informes, señaló, también llaman la atención sobre lo que no funciona, en general, dentro del periodismo internacional.

«Pero hay medios de comunicación que regularmente informan sobre crisis de desplazados como estas, tal como Devex, News Deeply, The New Humanitarian e Inter Press Service (IPS)», señaló. «Es importante destacar su trabajo, para que las audiencias sepan que hay una cobertura de estas crisis que pueden seguir», declaró.

Egland, por su parte puso como ejemplo lo que está sucediendo en Camerún sobre la desatención de las crisis de desplazados, en que a su juicio la comunidad internacional actúa como un conductor que va dormido al volante y responde con “un silencio ensordecedor” a los asesinatos brutales, las aldeas quemadas y el desplazamiento masivo de personas.

Recordó que hasta ahora el conflicto ha desarraigado a medio millón de personas en el suroeste y el noroeste de Camerún. Cientos de pueblos han sido incendiados. Los hospitales han sido atacados. Los trabajadores de salud temen ser secuestrados o asesinados.

Más de 780.000 niños han visto cerrar sus escuelas y miles de personas sobreviven actualmente escondidas entre los arbustos, sin haber recibido ayuda humanitaria alguna.

Tampoco se han realizado hasta ahora grandes esfuerzos de mediación, no hay grandes programas de ayuda, un mínimo interés de los medios y muy poca presión sobre las partes para que dejen de atacar a los civiles.

«Esta cultura de parálisis de la comunidad internacional tiene que terminar. Todos los días se permite que el conflicto continúe, la amargura se está acumulando y la región se acerca más a la guerra», dijo Egeland, quien visitó en abril el país de África central.

El Consejo Noruego para los Refugiados está pidiendo que se preste mayor atención a todas las crisis olvidadas para evitar el sufrimiento de millones de personas vulnerables.

«Esta lista deprimente debe servir como una llamada de atención para todos nosotros. Solo atrayendo la atención a estas crisis, aprendiendo sobre ellas y ubicándolas en un lugar importante en la agenda internacional, podemos lograr un muy necesario cambio”, dijo Egeland.

Al preguntarle si la ONU y la comunidad internacional se estaban quedando atrás en su apoyo, Tiril Skarstein, también de NRC, dijo a IPS: «Creemos que la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente para resolver estas crisis. La falta de voluntad política para encontrar soluciones a estas crisis es frecuentemente resultado de la falta de intereses geopolíticos en el área».

Sin embargo, señaló, también hay algunos países en la lista de los que tienen crisis de desplazados donde varias potencias mundiales tienen intereses en el conflicto. Eso coloca la situación de los desplazados en un punto muerto y una falta de soluciones políticas, como es el caso de Palestina o Ucrania.

Sobre si la falta de fondos obedece a la negligencia por parte de los donantes occidentales o más bien a limitaciones financieras internas dentro de los países donadores, Skarstein dijo que la clave es que la asistencia humanitaria se dé solo en función de las necesidades.

Sin embargo, es más fácil destinar los fondos humanitarios a algunas crisis y no a otras. A menudo, «vemos un vínculo estrecho entre la cantidad de atención de los medios que recibe una crisis y la cantidad de fondos humanitarios. Algunas de las crisis en la lista de crisis olvidadas recibieron menos de 40 por ciento del financiamiento (promedio) el año pasado», dijo.

“Pero también hay un déficit general de financiación, admitió.

El año pasado, solo se financió alrededor de 60 por ciento del total de los llamamientos humanitarios de la ONU y las organizaciones asociadas.

«Esto significa que necesitamos que todos los donantes aumenten su apoyo humanitario para poder satisfacer las necesidades humanitarias reales, y también necesitamos nuevos donantes, incluidas varias economías emergentes, para intensificar esa ayuda», planteó.

Sobre la razón de que las crisis olvidadas correspondan principalmente a naciones africanas, en comparación con las asiáticas y latinoamericanas, Skarstein dijo que «desafortunadamente, las crisis en el continente africano rara vez aparecen en los titulares de los medios o llegan a las agendas de política exterior antes de que sea demasiado tarde».

La falta de financiación y atención política tiene consecuencias devastadoras para los pobladores civiles, que no reciben protección contra los ataques, ni el alivio necesario cuando han tenido que huir de sus hogares en busca de seguridad, argumentó.

La mayoría de los que huyen se dirigen a los países vecinos o son desplazados dentro de su propio país. «Sin embargo, el hecho de que la mayoría de estas personas no se presente en nuestras puertas aquí en Europa, por ejemplo, no elimina nuestra responsabilidad de actuar», señaló.

Según el NRC, la crisis en Camerún tiene su raíz en la conflictiva historia colonial del país. Después de la Primera Guerra Mundial, la antigua colonia alemana pasó a un dividido mandato francés y británico.

El país tiene ahora tanto el inglés como el francés como idiomas oficiales, pero las personas de habla inglesa se han sentido cada vez más marginadas, dijo el NRC.

Y en 2016, los civiles tomaron las calles y una fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad llevó a la violencia generalizada y la formación de grupos armados opositores.

T: MF

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