El veto del presidente Donald Trump a la resolución bipartidista del Congreso legislativo de finalizar la participación militar de Estados Unidos en Yemen, se teme que intensificará el impacto devastador sobre la población de la guerra que por cuatro años lideran fuerzas saudíes en esa nación de la península arábiga.
Las armas utilizadas por los saudíes en el bombardeo sobre objetivos civiles en su mayoría, incluidas escuelas y hospitales, son en su mayoría de Estados Unidos: aviones de combate F-15, helicópteros Bell, drones, misiles aire-tierra, tanques M-60, bombas guiadas por láser y artillería pesada.
Gracias al veto, dictado el 16 de abril por Trump, se garantizaría el flujo sin interrupciones de armas de fabricación estadunidense hacia la zona de la guerra, donde según la Organización de las Naciones (ONU) se ha producido “el peor desastre humanitario del mundo».
En su último informe, publicado en marzo, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, en inglés) indicó que las importaciones de armas por parte de los países del Medio Oriente aumentaron en 87 por ciento entre los periodos 2009–2013 y 2014–2018 y representaron 35 por ciento de las importaciones mundiales de armas en el quinquenio 2014– 2018.
Arabia Saudita se convirtió en el mayor importador de armas del mundo durante esos cinco años, con un incremento de 19,2 por ciento en comparación con el periodo 2009-2013.
Actualmente, Estados Unidos es uno de los mayores proveedores de armas de Arabia Saudita.
Ole Solvang, director de Políticas del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), recordó a IPS que según estimaciones conservadoras de la ONU, al menos 17.700 civiles han muerto desde 2015, el comienzo de la guerra, en los enfrentamientos en Yemen.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que aproximadamente 2.310 personas han muerto de cólera y 85.000 niños menores de cinco años murieron de inanición.
Para Solvang, más bombas y armas en Yemen, en el sur de la península arábiga, solo significarán más sufrimiento y muerte en ese país donde se enfrentan fuerzas del gobierno, apoyadas por la Coalición árabe liderada por los saudíes, con los rebeldes hutíes.
«Al brindar un apoyo militar y diplomático tan amplio a una parte del conflicto, Estados Unidos está profundizando y prolongando una crisis, lo que tiene consecuencias inmediatas y graves para Yemen, y son los civiles los que están pagando el precio», señaló.
David Miliband, presidente del no gubernamental Comité Internacional de Rescate, calificó el veto de Trump como «moral y estratégicamente sin sentido».
Este ha sido el segundo veto de Trump a una medida del Congreso, desde que llegó a la presidencia en enero de 2017.
El primero, el 15 de marzo de este mismo año, anuló otra resolución bipartidista que bloqueaba la declaración presidencial de “emergencia nacional” de febrero, en un esfuerzo para destrabar fondos para construir su prometido muro en la frontera con México, en el sur.
Al justificar el mantenimiento del comercio de armas con los saudíes, Trump ha reiterado en varias ocasiones que si Estados Unidos no se las vende, los chinos y los rusos serán los que lo harán.
Al preguntarle si este es un argumento válido, Solvang del NRC dijo a IPS: «No tengo idea si los chinos o los rusos intervendrían para reemplazar las ventas de armas de Estados Unidos. Como sabemos ahora, no hay escasez de países dispuestos a vender armas a la Coalición», a juzgar por las últimas revelaciones de Francia y las anteriores de Gran Bretaña.
«El argumento es básicamente irrelevante, y evita la pregunta de si Estados Unidos quiere ser cómplice en apoyar el asesinato de civiles en Yemen. El Congreso cree que Estados Unidos no debería serlo y eso es lo importante aquí», dijo.
Mientras tanto, el suministro de armas de Estados Unidos a la Coalición árabe encabezada por los saudíes también se ve como un movimiento de Washington dirigido a Irán, aliado de los yemeníes rebeldes.
Así, la población, se encuentra en medio de un conflicto de alto alcance, entre Irán, por un lado, y Estados Unidos y Arabia Saudita por otro.
A juicio de Solvang esa es también la justificación de Trump para su veto.
El director de Políticas del NRC señaló que la administración estadounidense considera a al movimiento de Ansar Allah, el de los rebeldes hutíes, como una fuerza próxima al poder iraní y, por ello, su respaldo a la Coalición es parte de una batalla más amplia en la región de Medio Oriente contra Teherán.
«Eso no se discute (en Washington) y es un análisis que adoptan con entusiasmo altos funcionarios de la administración, como el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien acusó a Ansar Allah de ser el principal causante de la catástrofe humanitaria en Yemen».
Sin embargo, sostuvo Solvang, esto no exime a Estados Unidos de sus obligaciones de hacer lo que pueda para proteger a los civiles. Eso incluye poner la máxima presión posible sobre la Coalición, en privado y en público, para que cumpla con las leyes de la guerra.
Y, en última instancia, argumentó, si Estados Unidos ve que no puede cambiar el comportamiento de la Coalición en la guerra, debe finalizar su cooperación con ella, o arriesgarse a ser cómplice de sus abusos. Las obligaciones resultan iguales para todas las partes involucradas en el conflicto de Yemen, aseguró el especialista noruego.
En torno al incremento de víctimas, Solvang señaló que durante el primer trimestre del año el NRC determinó en sus análisis que las bajas civiles se duplicaron en las ciudades de Hajjah y Taiz desde que entró en vigor el alto el fuego de Hodeida, con 164 y 184 personas muertas respectivamente.
Se calcula que se registraron 788 víctimas civiles en todo el país desde el 18 de diciembre de 2018. La mayoría de esas víctimas, 318, resultaron muertas durante bombardeos, mientras que un total de 1.631 viviendas, 385 granjas, 47 negocios locales y 13 escuelas resultaron atacadas desde entonces.
Mientras, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU emitieron una declaración el 17 de abril en la reiteraron su llamado a las partes en guerra para que cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, incluida la protección de los civiles.
También expresaron su profunda preocupación por el impacto devastador que este conflicto ha tenido en los civiles, especialmente en los niños yemeníes.
Y recordaron a todas las partes sus obligaciones para con los niños afectados por los conflictos armados, y les pidieron que colaboren activamente con el representante especial del secretario general de la ONU para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados, a fin de cumplir con sus compromisos y obligaciones en la protección de ese grupo civil especialmente vulnerable.
T: EG