Julio Esquivel y dos niños en el comedor comunitario La Casita de La Virgen, en Villa La Cava, junto al filtro que elimina 99,9 por ciento de las bacterias, virus y parásitos, con una capacidad de hasta 12 litros por hora. El purificador se convirtió en el punto de partida de una concientización de esta comunidad pobre de la periferia de la capital argentina sobre el acceso a agua como derecho humano. Crédito: Daniel Gutman/IPS

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