Canadá, muchas veces descrito como uno de los países más progresistas del mundo, legalizó los derechos de la comunidad LGBTI, aboga por el empoderamiento de las mujeres, apoya al derecho al aborto y, en los últimos tiempos, pasó a ser una de las economías más grandes en legalizar el consumo de marihuana con fines recreativos.
En la actualidad, este país está en quinto lugar como donante de organizaciones de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está al frente de la Presidencia del Grupo de los siete (G7) países más ricos y busca ocupar un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad para el período 2021-2022.
Además de organizar la 7 Conferencia Internacional de Parlamentarios sobre población y desarrollo, que tuvo lugar en Ottawa la tercera semana de octubre, tras haber organizado la primera en 2002, Canadá también lanzó la Política de Asistencia Internacional Feminista (FIAP).
Sandeep Prasad, director ejecutivo de Acción Canadá por los Derechos y Salud Sexual, señaló que Canadá se reubica como líder en materia de equidad de género, derechos en salud sexual y reproductiva de las mujeres, con la organización de la próxima conferencia Women Deliver, que se realizará en Vancouver en 2019.
“Para que el compromiso de Canadá sea realmente duradero, las defensoras de los derechos humanos y feministas que trabajan con las autoridades en todos los niveles del gobierno necesitan apoyo para crear y proteger las leyes, las políticas y los programas que salvaguardan esos derechos”, indicó Prasad.
Al frente de la lucha por los derechos de las mujeres, el empoderamiento de género y los derechos en salud sexual y reproductiva, se encuentra la ministra de Desarrollo Internacional, Marie-Claude Bibeau, quien también es una gran defensora de elevar los fondos para el desarrollo.
Los encuentros internacionales, como la conferencia de parlamentarios, pueden ser grandes catalizadores para movilizar personas, ideas y recursos, comentó Bibeau en entrevista con IPS.
“Por eso la conferencia es tan importante y es una oportunidad única para que los parlamentarios del mundo se reúnan a discutir el papel que ocupan en la implementación del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD)”, destacó
Canadá seguirá siendo un fuerte defensor de los objetivos fijados en la CIPD de 1994, incluidos los derechos de salud sexual y reproductiva.
“Estoy orgullosa de decir que, desde el lanzamiento de la Política de Asistencia Internacional Feminista, en junio de 2017, 93 por ciento de la asistencia humanitaria incluye un componente de empoderamiento de mujeres y de derechos de salud sexual y reproductiva”, destacó Bibeau.
“También estamos encantados de organizar la conferencia Women Deliver, en 2019, que es un movimiento para empoderar a mujeres y niñas y construir un mundo mejor”, añadió.
IPS: Estados Unidos recorta varias de sus contribuciones, como los 300 millones de dólares a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo y 69 millones de dólares al Fondo de Población de las Naciones Unidas, ¿existe alguna posibilidad de que Canadá, junto a otros países occidentales, llene el vacío?
MARIE-CLAUDE BIBEAU: Canadá se comprometió a proveer asistencia humanitaria y a responder a las necesidades de las personas más pobres y más vulnerables.
Por eso estaba orgullosa de anunciar el 12 de octubre que el apoyo de Canadá aumentó a 50 millones de dólares en dos años para los refugiados palestinos a través de la UNRWA.
Los nuevos fondos para la UNRWA, que eran urgentes, ayudarán a mejorar la vida y a proteger la dignidad humana de millones de refugiados palestinos.
Canadá también es socio desde hace tiempo del UNFPA, y está entre sus principales 10 donantes bilaterales. Entre 2017 y 2018, colaboró con 142 millones de dólares, con el fin de contribuir a cubrir la faltante de fondos que sufre la agencia.
IPS: Los países en desarrollo, y en especial los 134 del Grupo de los 77, protestaron en la declaración ministerial de septiembre por la disminución de la asistencia oficial al desarrollo. ¿Eso también implica a Canadá, cuya contribución de 0,26 por ciento está por debajo del compromiso de 0,7 por ciento, el que solo alcanzaron seis países: Noruega, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Alemania y Gran Bretaña? ¿Cuándo tiene pensado Canadá alcanzar esa meta?[related_articles]
MCB: Nuestros socios le pidieron al gobierno de Canadá tres cosas: fondos, buenas políticas y liderazgo, y eso es lo que ofrece Canadá.
El presupuesto de 2018 incluye 2.000 millones de dólares en nuevos fondos para cinco años para ayudar a implementar la Política de Asistencia Internacional al Feminismo y apoyar la Agenda de Desarrollo Sostenible, así como 1.500 millones de dólares para cinco años, a partir de 2018-2019 para ampliar el impacto de la asistencia internacional de Canadá.
Canadá también promueve buenas políticas, lo que no se mide por el volumen de su asistencia oficial al desarrollo, sino por la calidad y la efectividad de su asistencia y de sus contribuciones a la innovación de políticas que permiten obtener mejores resultados para las personas más pobres y vulnerables.
Además, como lo demuestra la inversión histórica en educación para mujeres y niñas en crisis y en conflictos en la cumbre de líderes del G7 en Quebec, Canadá impulsa varias iniciativas y alienta a otros países y socios a realizar inversiones significativas, en especial en materia de educación de niñas y mujeres en contextos frágiles, de conflictos y crisis.
IPS: El actual presidente del G7, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, encabezó la cumbre del grupo en junio de este año, cuando se comprometieron 3.800 millones de dólares canadienses (unos 2.900 millones de dólares estadounidenses) para promover la educación de niñas y mujeres en zonas de guerra, ¿en qué plazo se entregarán esos fondos? ¿Ya comenzó la movilización?
MCB: Canadá se sintió muy orgulloso de liderar el anunció de la histórica contribución de 3.800 millones de dólares para la educación de las niñas en la cumbre del G7 en Quebec y de comprometer una inversión de 400 millones de dólares para tres años.
El anuncio significó un cambio fundamental hacia la mejora y la reducción de las barreras a una educación de calidad en el mundo.
En la actualidad, trabajamos con otros países y organizaciones que colaboran con los 3.800 millones de dólares (la Unión Europea, Alemania, Japón, Gran Bretaña y el Banco Mundial) para desarrollar un marco de responsabilidad y registrar e informar sobre los detalles, que incluirán parámetros como el plazo, los resultados y los indicadores.
Juntos, nos aseguraremos que las voces de mujeres y niñas estén incluidas en la toma de decisiones sobre educación y empleo.
Traducción: Verónica Firme